Los miembros de un sindicato de enseñanza belga han expresado su apoyo a los/as jóvenes que se han estado manifestando todos los jueves en las calles de Bélgica –y a nivel mundial–, desde hace cerca de un mes, para reclamar a los responsables políticos que tomen medidas urgentes para abordar el cambio climático.
CSC-Enseignement: una juventud madura ofrece lecciones valiosas
El Comité Comunitario del sindicato CSC-Enseignement ha señalado que “durante las tres últimas semanas, grupos de estudiantes de diversas escuelas se han estado manifestando cada jueves para reclamar a las autoridades que establezcan medidas radicales para luchar contra el cambio climático. El 10 de enero las manifestaciones contaron con la participación de 3.000 estudiantes; el 17 de enero se manifestaron entre 12.000 y 15.000 estudiantes; y el 24 de enero un total de 35.000 estudiantes tomaron las calles. El éxito de estas manifestaciones constituye para nosotros motivo de satisfacción por varias razones”. El 31 de enero 30.850 jóvenes participaron nuevamente en numerosas ciudades de Bélgica en manifestaciones relacionadas con el clima.
El sindicato de docentes belgas ha celebrado “la madurez de estos/as jóvenes, que nos han enseñado una valiosa lección”, algo que “dista mucho de la inacción de determinados políticos”.
Por otra parte, la organización ha constatado que “si bien el movimiento se originó en el norte de Bélgica, a partir de la segunda manifestación empezó a expandirse también por el sur del país. La unión entre las fuerzas del progreso por cuestiones fundamentales sigue siendo por tanto posible en este país, por mucho que les pese a los separatistas y a los confederalistas”.
“Ahora que se habla mucho –y con razón– de la importancia de la educación para la ciudadanía”, prosigue el CSC-Enseignement, “nos encontramos ante un gran ejemplo de aplicación efectiva de la misma sobre el terreno. ¿Qué podría ser más ciudadano que hacer colectivamente frente a un problema que nos afecta a todos, y en particular a ellos?”.
El CSC-Enseignement ha solicitado así a todos los docentes “apoyar cualquier acción posible por parte de sus alumnos. Esperamos al menos que ninguno de los manifestantes jóvenes reciba sanciones de ningún tipo debido a su activismo. Tenemos la esperanza de que el movimiento se expanda todavía más, de manera que puedan tomarse las medidas valientes necesarias para proteger el bien común, del cual nuestro sistema económico ha estado abusando durante demasiado tiempo al anteponer el beneficio económico a todo lo demás, y del cual también se ha abusado mediante la explotación desconsiderada de los recursos naturales”.
Los estudiantes que componen el movimiento YouthforClimate tienen la intención de seguir manifestándose todos los jueves hasta que se celebren las elecciones belgas previstas para mayo. Con el tiempo se podrían organizar acciones de este tipo por todo el país, puesto que la red YouthforClimate se está extendiendo, concretamente hacia Valonia.
ESU: educación y sostenibilidad van de la mano
El Sindicato de Estudiantes Europeos (EuropeanStudents’ Union, ESU) cree firmemente que “educación y sostenibilidad van de la mano”, y su política está por tanto alineada al objetivo de las huelgas de estas escuelas.
Tal como se declara en la última resolución sobre cambio climático de dicho sindicato, los responsables políticos europeos tienen que hacer un esfuerzo considerable para construir una sociedad más sostenible. El ESU afirmaba sentirse “aterrado al ver que, en lugar de mantener el plazo de 2030 establecido por la Declaración de París, la UE parece haber pospuesto con desgana el plazo para alcanzar sus metas hasta el año 2050”.
Sus miembros también se sintieron “decepcionados por el hecho de que, en las esferas que la UE ha recalcado como esenciales para alcanzar una economía respetuosa con el clima, la educación no se mencione en absoluto. La educación es un catalizador para la investigación y la innovación, así como una condición previa para acceder a la justicia y a los derechos sociales. Fomentar la concienciación con respecto al cambio climático y empoderar a los ciudadanos para que se unan frente al cambio climático puede conseguirse a través de la educación formal, no formal e informal”.
En consecuencia, para el ESU fue una gran satisfacción “ver a los estudiantes uniéndose en nombre de la democracia y del medio ambiente. Los estudiantes representan las generaciones presente y futura, por lo que resulta crucial que actuemos como catalizadores del cambio, sobre todo con relación a estas cuestiones, en una época en que las autoridades responsables de la toma de decisiones parecen diferir en cuanto a su importancia y urgencia”.
IE: la función de la educación y la investigación es especialmente importante para encabezar el debate sobre el cambio climático
Por su parte, la Internacional de la Educación (IE) aprobó durante su 6º Congreso Mundial celebrado en 2011 en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) una resolución sobre la movilización de los sindicatos de educación con relación al cambio climático.
En dicha resolución, la IE y sus organizaciones miembros reconocieron que “el cambio climático inducido por las actividades del hombre tiene graves consecuencias ambientales, económicas y sociales para todos los países y todos los pueblos, constituyendo así uno de los desafíos más serios al que deben enfrentarse la sociedad civil y los gobiernos del siglo XXI”.
También confirmaron que “la educación y la investigación tienen un rol especialmente importante para liderar el debate sobre el cambio climático, en particular para garantizar que dicho debate se lleve a cabo fundamentándose en información correcta y con base científica”.
La resolución señala que “los miembros de los sindicatos de educación afiliados a la IE tienen un importante papel que desempeñar, tanto en la educación de los estudiantes sobre las causas ylos efectos del cambio climático, y los cambios estructurales necesarios para la transición a sistemas de producción y distribución con bajas emisiones de gases de efecto invernadero,como en la aplicación de medidas para reducir las emisiones de carbono en las instituciones educativas, especialmente en un sector de alto consumo energético como es la enseñanza superior y la investigación”.
Por ese motivo, el documento anima a “todas las organizaciones miembros a sensibilizar sobre los problemas ambientales exigiendo que los planes de estudio de todos los cursos en las instituciones educativas incluyan sesiones específicas sobre el cambio climático, e instando a todos los educadores a enseñar a las generaciones futuras la importancia del desarrollo sostenible, la biodiversidad y el cambio climático mediante la sensibilización con respecto de los ecosistemas autóctonos”.
La IE apoya el movimiento YouthforClimate, así como las iniciativas y campañas mundiales por parte de organismos sindicales internacionales y organizaciones intergubernamentales para promover la transición a industrias basadas en energías renovables producidas a nivel local y que creen empleo social y ambientalmente sostenible, con unas condiciones de trabajo justas y equitativas.