Al gestionar proyectos de cooperación internacional, algunos sindicatos dependen únicamente de sus propios fondos, de forma puntual u organizada. La IE recomienda a sus afiliadas reservar al menos un 0,7 % de su presupuesto para actividades de cooperación al desarrollo, al igual que ella misma hace con el "fondo de solidaridad" (ver cuadro).
Por ejemplo, el sindicato francés SNES-FSU decidió en uno de sus congresos hace veinte años asignar una cantidad fija de cada cuota de afiliación recibida (10 francos en aquella época, alrededor de 1,5 € actuales) a un fondo de solidaridad. Esto garantiza una regularidad en las cantidades disponibles, así como una autonomía total en el uso de estos fondos, ya sea en la elección de los países y los sindicatos socios, temas de trabajo, etc. El inconveniente es, naturalmente, la limitación de la cantidad disponible, pero para los sindicatos del África francófona, que conforman la mayoría de los socios, la "capacidad de absorción" impone de todos modos una cierta modestia en la programación de las actividades de cooperación.
Otros sindicatos recurren, además de sus fondos propios, a donantes externos, fundaciones o más a menudo a agencias nacionales de desarrollo. En el segundo caso, las cantidades más significativas permiten realizar proyectos más ambiciosos. Sin embargo, no es fácil conseguir estas subvenciones, ya que muchas veces están estrechamente relacionadas con determinadas elecciones políticas.
Por este motivo, la Fédération Canadienne des Enseignantes et des Enseignants(FCE) tuvo que enfrentarse a una suspensión de subvenciones en 2011:
La FCE tenía un acuerdo, renovable cada cinco años, con la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional (ACDI), por un importe aproximado de 10 millones de dólares para un periodo de 5 años.
El personal invertía mucho tiempo en tareas administrativas impuestas por el donante. Además, el gobierno tenía ciertas preferencias con respecto de los países, y algunos talleres específicos eran obligatorios, como sobre la igualdad de género, SIDA, etc. Pero la FCE también gozaba de una flexibilidad bastante amplia con respecto de la elección de los proyectos (principalmente el perfeccionamiento profesional y el refuerzo de las capacidades organizativas), los socios y los países seleccionados.
Con la llegada del partido conservador al poder, la ayuda internacional se reorientó principalmente a la salud materna e infantil. El gobierno, hostil a los movimientos sindicales, dejó de asignar fondos a la FCE.
Desde este año, el Norwegian Trade Union(UEN) está experimentando el mismo tipo de dificultad:
Desde hace varios años hay un debate abierto en la sociedad noruega sobre los resultados de la ayuda al desarrollo. Si bien la mayoría de la población y los partidos del Parlamento apoyan la ayuda al desarrollo, una parte del gobierno se muestra escéptica. En 2013 y 2014, el gobierno intentó, en vano, reducir el presupuesto público para la ayuda al desarrollo. La Agencia Noruega de Cooperación para el Desarrollo, NORAD, recibió la orden de reducir el número de beneficiarios: 112 países en 2014, y 85 en 2017. La política de Noruega en materia de cooperación al desarrollo no ha cambiado, su prioridad sigue siendo reducir la pobreza. El Ministerio de Asuntos Exteriores desea mantener su compromiso a largo plazo con respecto de la educación, la salud, el desarrollo comercial, la creación de empleo, el clima, las energías renovables y el medio ambiente.
A pesar de ello, el UEN acaba de ser víctima del sistema que NORAD estableció en 2015 para evaluar las propuestas de apoyo a la sociedad civil: en 2016 NORAD solo mantuvo 8 proyectos de los 36, ninguno de ellos del UEN.
El sindicato sueco Lärarförbundet no se enfrenta a los mismos obstáculos:
La estrategia del gobierno sueco para el periodo 2016-2022 en materia de cooperación al desarrollo con la sociedad civil a través de organizaciones de la sociedad civil suecas tiene dos objetivos principales: 1/ desarrollar la capacidad de los actores de la sociedad civil en los países en desarrollo y 2/ reforzar un clima social favorable donde las organizaciones de la sociedad civil independientes puedan convertirse en actores sólidos del desarrollo y donde tengan libertad de expresión, actuación e influencia en los responsables políticos. Estos objetivos son amplios y facilitan el desarrollo de las capacidades de los sindicatos de docentes.
Por tanto, Lärarförbundet puede continuar realizando actividades de desarrollo/cooperación sobre la base de su propia filosofía, en dos fases:
Como media, el 40 % de la cooperación sindical de Lärarförbundet se financia con nuestros propios fondos. Al principio, todas las asociaciones de cooperación nuevas se financian mediante fondos propios. Creemos en el progreso a pequeña escala para conocer la organización socia, sus estructuras, su visión, sus planes y sus métodos, para comprender las capacidades existentes en los distintos niveles de la organización en lo que respecta a la organización, la formación sindical, el cobro de las cuotas de afiliación, la gestión administrativa y financiera, etc. Todo ello nos permite hacernos una idea de cómo la organización socia desearía desarrollar un proyecto común y el contexto del que el proyecto formará parte. Asimismo, la organización socia también tiene la oportunidad de conocer Lärarförbundet y puede juzgar si somos un socio de desarrollo con el que merece la pena establecer una asociación.
Si un proyecto empieza a dar resultados y si existe un plan a medio plazo con el compromiso de una asociación más estable, podemos incluirlo en nuestra propuesta de programas con SIDA, la agencia internacional de cooperación para el desarrollo sueca. Tal demanda de fondos públicos requiere una buena gestión financiera, informes de resultados cualitativos y auditorías de los estándares internacionales.
El cese de subvenciones obligó a la FCE a reajustar su política de cooperación al desarrollo:
Como resultado de los recortes, hemos recurrido a nuestras organizaciones miembro, y algunas de ellas ofrecen una contribución anual. Hemos tenido que poner fin a varias asociaciones y reducir la escala de algunos proyectos que hemos continuado. El equipo de once empleados se ha reducido a dos. Hemos revisado nuestro programa internacional, que ahora se llama "Acción docente para el aprendizaje". Este programa comprende tres vertientes: "Acción docente para el aprendizaje" (perfeccionamiento profesional), "Acción docente para apoyar las organizaciones docentes" (refuerzo de las capacidades organizativas) y "Acción docente por la igualdad de género".
El hecho de que todo esté financiado por nuestras organizaciones miembro y que no recibamos ninguna otra financiación externa nos da mucha más libertad que antes.
Por otro lado, valoramos incluso más que antes el trabajo que podemos realizar con socios del hemisferio Norte con vistas a apoyar proyectos con socios del hemisferio Sur, en el marco de un consorcio, por ejemplo.
Uno de nuestros desafíos sigue siendo el tipo de donantes de los que podemos recibir fondos. Dado que defendemos la educación pública de calidad para todos, financiada mediante fondos públicos, debemos predicar con el ejemplo y no podemos aceptar fondos procedentes de empresas privadas que no comparten nuestros valores. Esto reduce mucho nuestras posibilidades de financiación externa.
Desgraciadamente, la salida del gobierno conservador de Canadá en 2015 todavía no nos ha permitido volver a la situación anterior:
Al principio teníamos muchas esperanzas. El nuevo gobierno liberal parecía escuchar más al pueblo canadiense. Como el propio Primer Ministro Justin Trudeau era docente, pensábamos que esto nos facilitaría la tarea. El año pasado, Affaires Mondiales Canada efectuó una consulta pancanadiense sobre la ayuda internacional. Nos sorprendió y decepcionó muchísimo observar que la educación no figuraba entre los temas principales. La FCE y otras ONG reaccionaron a ello. El Primer Ministro no reestructuró el Ministerio de Asuntos Exteriores y Comercio, sino que lo llamó Ministerio de Asuntos Mundiales de Canadá. Al parecer, la cooperación internacional está tomando más importancia en este Ministerio que en la época del gobierno de Harper. Desgraciadamente, el presupuesto del gobierno, que se publicó a finales de marzo de 2017, es decepcionante: no asignarán más fondos a la ayuda internacional. Por el momento, el Ministerio de Asuntos Mundiales de Canadá todavía no ha publicado ninguna convocatoria de propuestas en materia de educación.
Fondo de Solidaridad de la IE
El Fondo de Solidaridad de la IE está compuesto por:
1. el fondo general, que se utiliza para solidaridad (50 %) y desarrollo (50 %);
2. los fondos específicos que se asignan a proyectos concretos.
El fondo general está compuesto por:
- la aportación anual de la IE (un 0,7 % de las cuotas de afiliación);
- contribuciones de algunos sindicatos y otros.
Los fondos específicos se utilizan para llamamientos de acción urgentes, como en el caso reciente de Turquía.
A lo largo de los últimos años, la Internacional de la Educación ha ofrecido ayuda de diversas maneras a sus organizaciones miembro, a través de su Fondo de Solidaridad, para acciones urgentes específicas.
En este sentido, la Internacional de la Educación otorga una gran importancia a la relación entre una rápida respuesta en situaciones de crisis y una acción de cooperación a medio y largo plazo.
A raíz de este enfoque, en la mayor parte de los casos han nacido proyectos de cooperación a largo plazo.
La IE desearía dar las gracias a todas sus afiliadas por su contribución al fondo de solidaridad y por la inmensa solidaridad que han demostrado con el personal docente y educativo de todo el mundo.