Las niñas discapacitadas forman parte de uno de los grupos más marginados y con una educación más pobre del mundo. Nunca han sido una prioridad en el ámbito del desarrollo internacional, la educación o, discutiblemente, las organizaciones que trabajan con discapacitados.
La Iniciativa para la educación de las niñas de Naciones Unidas ha presentado hace poco Aún olvidadas: caminos hacia la educación inclusiva para niñas con discapacidades[en inglés], un aviso contundente para que los educadores y legisladores se ocupen de la educación de las niñas discapacitadas [1].
El informe explica de forma detallada las barreras en la educación, los marcos internacionales y las políticas en relación con las niñas discapacitadas; además, incluye recomendaciones para aumentar tanto el número de niñas discapacitadas en los centros escolares como la calidad de la educación que reciben. Combina los mundos a menudo distantes de la igualdad de género y los derechos de los discapacitados para iniciar un debate muy necesario sobre la mejora de la calidad de la educación de las niñas discapacitadas.
Gran parte del informe se centra, con gran acierto, en la ausencia de casos en los que la educación de las niñas se entrecruce con la discapacidad. Subraya que no ha cambiado mucho «desde 2003 con respecto a la cantidad de proyectos de investigación disponibles y de testimonios sobre la inclusión efectiva de las niñas con discapacidad en la educación». No sabemos mucho más que hace 15 años. De hecho, el informe pone de manifiesto la escasez de investigaciones y análisis útiles y públicos disponibles para compartir y reforzar una comprensión más profunda de las barreras, logros y valor añadido del hecho de educar a niñas discapacitadas.
Cada vez existe un mayor nivel de conciencia sobre la educación inclusiva en el ámbito gubernamental, así como un mayor énfasis en dicha educación por parte de numerosas organizaciones educativas y de desarrollo internacionales. ONU Mujeres ha presentado recientemente el documento Resumen de la cuestión: conseguir que los ODS se apliquen a mujeres y niñas con discapacidades[en inglés]. No obstante, hay pocos artículos académicos e informes gubernamentales o educativos que se centren en las niñas discapacitadas.
El informe destaca que las niñas discapacitadas tienen una probabilidad mayor de ser apartadas de los centros escolares y su riesgo de sufrir acoso escolar y violencia de género en el ámbito escolar es más elevado. Llegar y volver del colegio puede resultar peligroso para las niñas discapacitadas en concreto. Y, ya en la escuela, es posible que la infraestructura del centro y las instalaciones sanitarias no sean accesibles para ellas. Este estudio también refleja que estas niñas presentan una probabilidad menor de recibir dispositivos de apoyo y tecnología.
Por último, una de las grandes barreras que presenta la educación efectiva de las niñas discapacitadas se basa en la perpetuación de normas sociales discriminatorias y actitudes presentes en la sociedad. Además, la falta de formación sobre prácticas de educación inclusiva de los docentes destaca como potencial barrera para que las niñas discapacitadas se den cuenta de todo su potencial académico. Replantearse la discapacidad, un documento de la IE que se publicará próximamente, también incide en ocuparse de las actitudes sociales hacia la discapacidad, dado que estas se reflejan igualmente en los entornos educativos, como aspecto esencial en la creación de aulas inclusivas.
Aún olvidadas cuestiona de forma efectiva las normas sociales que respaldan la desigualdad por discapacidad Y género para mostrar que las niñas discapacitadas se ven más afectadas tanto por ser mujeres como por su discapacidad. Aún se necesitan estudios que exploren las múltiples intersecciones existentes (raza, casta, clase, indigenidad, sexualidad, etc.) con el fin de entender cómo ayudar a mejorar la educación de las niñas discapacitadas.
En el caso de los educadores, la pregunta sigue siendo cómo educar a los niños de una forma holística. ¿Cómo podemos atender a cada niño en su intersección particular de género, habilidad y raza, clase, casta, sexualidad, condición migratoria, indigenidad, etc.? En un mundo donde los conflictos van en aumento, con migraciones forzosas en todo el planeta y un aumento en la esperanza de vida, tenemos que entender que la discapacidad no es una excepción a la norma sino lo normal en numerosos lugares y en diversas etapas vitales.
Los docentes y sindicatos educativos se encuentran en una buena posición para llevar a cabo varias de las medidas recomendadas en el Informe, en concreto:
-La IE y los sindicatos miembros pueden ejercer presión para conseguir una inversión específica en educación para las niñas con discapacidad, así como defender enfoques que tengan en cuenta el género a la hora de diseñar una educación inclusiva, en general, con especial atención al género y la violencia por motivos de género en el ámbito escolar en la planificación de aulas y centros escolares inclusivos.
-La IE y los sindicatos miembros pueden presionar para conseguir recursos que aumenten las oportunidades formativas de los docentes y el personal académico, entre ellas, las de temática relacionada con la concienciación sobre las niñas y la discapacidad.
-Dado que carecemos de investigaciones, evaluaciones y datos en torno a este campo que nos indiquen qué funciona y cómo, los educadores deberían apoyar y contribuir con las iniciativas de estudio de los resultados sobre género y educación.
-Por último, las organizaciones relacionadas con la discapacidad, la igualdad de género y la educación deberían dar prioridad a las niñas discapacitadas.
Para la Internacional de la Educación y sus miembros, este informe nos empuja con firmeza a plantearnos que «las inversiones en formación del profesorado e infraestructuras cómodas para los niños, más seguras y accesibles, generarían un beneficio para TODOS los niños». Educar de forma efectiva a las niñas discapacitadas no debería ser un aspecto más de la lista de propósitos de un educador o gobierno (ese algo de lo que nos ocuparemos cuando tengamos los «recursos» suficientes). Invertir recursos en la educación de las niñas discapacitadas es sinónimo de invertir en una educación inclusiva.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.