En los últimos años, Finlandia ha encabezado sistemáticamente el estudio PISA de la OCDE. Con frecuencia se pregunta al Sindicato de la Educación de Finlandia (OAJ): ¿Cómo lo lográis? ¿Cuál es el secreto del éxito?
Una larga tradición de formación del profesorado de alta calidad se contempla como un factor primordial del éxito del sistema finlandés de educación pública. Los docentes de la enseñanza primaria han cursado estudios universitarios de posgrado desde 1970.
El éxito de los jóvenes finlandeses en sus estudios se basa en docentes bien formados y con estudios universitarios, según Erkki Kangasniemi, presidente del OAJ.
La formación académica de alto nivel que reciben los docentes también ha incrementado el atractivo de la profesión. Los docentes finlandeses tienen que haber pasado, cuando empiezan sus estudios, rigurosos exámenes de acceso. De hecho, sólo alrededor del 11% de los estudiantes que presentan su candidatura para la formación de docentes de escuela primaria son admitidos, comenta Kangasniemi, tras señalar que no existe un número de candidatos similar en todos los sectores de la docencia.
La reorganización de la formación del profesorado hace 30 años estaba estrechamente relacionada con una reforma de todo el sistema educativo finlandés. La década de los 70 fue testigo de la transición de un sistema de escuelas paralelas a un sistema de educación pública integral y uniforme, en el que todos los estudiantes cursan por lo menos nueve años de educación básica.
Durante estos años, los estudiantes disfrutan de clases relativamente pequeñas. Hay una media de 20 niños por clase del 1º al 6º curso, y 18 niños por clase del 7º al 9º curso. Sin embargo, estos datos son sólo promedios y también existen clases con hasta 36 estudiantes.
Desde una perspectiva internacional, la asistencia a la escuela obligatoria en Finlandia empieza relativamente tarde: no hasta el año en que los niños cumplen 7 años. Los requisitos son los mismos para todos los niños en la escuela secundaria polivalente, tras la cual pueden optar por la enseñanza secundaria superior o la formación profesional, o incluso simultanear ambas.
La formación del profesorado a nivel universitario se basa en sólidos conocimientos pedagógicos y en un alto nivel de competencia en las materias que van a enseñar. Todos los docentes de escuela primaria en prácticas también se implican en investigación, lo que les proporciona apoyo durante sus carreras en cuanto a enfoque pedagógico y desarrollo profesional.
Desde 1995, la formación de docentes de educación infantil que trabajan con niños de 1 a 6 años se ha basado en el nivel de grado universitario de la carrera Ciencias de la Educación. Antes, la formación se impartía en centros politécnicos.
Uno de los desafíos del OAJ es elevar el nivel de formación de los docentes de primera infancia al posgrado. “Sigue habiendo mucho por hacer a este respecto", dice Kangasniemi. “Desafortunadamente, no todos los que toman las decisiones se han dado cuenta ya de que los niños pequeños también necesitan docentes con una formación óptima.”
La reforma de la escuela secundaria polivalente y la reorganización de la formación del profesorado han coincidido con la aparición del OAJ como sindicato general de la educación que representa ahora a todos los sectores: de docentes de primera infancia a profesores universitarios. El 95% de los docentes finlandeses son miembros del sindicato.
El OAJ está permanentemente vinculado y trabaja en estrecha colaboración con las universidades con vistas a mejorar constantemente la formación del profesorado. En esta labor, los estudiantes de Ciencias de la Educación, que son miembros del OAJ a través de su propia asociación, son una importante fuente de energía y apoyo, tanto en las aulas como en el sindicato.