Bob Harris, consultor principal del secretario general de la IE, a punto de jubilarse al cierre del Sexto Congreso Mundial de la IE, tras una carrera dedicada al profesorado en el mundo, pronunció un conmovedor discurso, en el que agradeció a los docentes y los sindicatos de la educación el esfuerzo por lograr la unidad internacional.
Docente de enseñanza secundaria en Adelaida (Australia), fue secretario general adjunto del State Institute of Teachers y desempeñó un papel clave en el establecimiento de la Comisión Escolar nacional en los años setenta. Nombrado, en 1979, coordinador de Desarrollo de la Confederación Mundial de Organizaciones de Profesionales de la Enseñanza (CMOPE), en 1988 fue elegido secretario general de la organización, poco antes de iniciarse, con el Secretariado Profesional Internacional de la Enseñanza (SPIE), las conversaciones que conducirían, en 1993, a la constitución de la Internacional de la Educación (IE). Bob Harris pasó a ejercer como director ejecutivo de Relaciones Intergubernamentales y miembro del Consejo Ejecutivo de la IE entre 1993 y 1996.
Asimismo, ha presidido el Grupo de trabajo de Educación, Formación y Empleo de la Comisión Sindical Consultiva (CSC) ante la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) de 1994 a 2011, además de ejercer como presidente de la Conferencia de ONG de la ONU entre 1982 y 1988, y nuevamente de 1995 a 1997.
Fred van Leeuwen, reelegido secretario general de la IE, invitó a Lars Erik a rendir homenaje a un hombre que ha servido como consultor principal del secretario general de la IE.
Lars Erik elogió el papel de Bob en la fusión de la CMOPE y el SPIE: “La contribución de Bob a la creación de la IE ha servido para que los docentes hablen en la escena internacional con una sola voz”.
A continuación, Bob Harris pronunció un discurso de despedida en el que recordó la génesis de la constitución de la IE: “Me siento muy orgulloso de haber contribuido al desarrollo de la IE, en beneficio del desarrollo de la profesión docente y el suministro de enseñanza y aprendizaje de calidad para todos”.
Combinando “la magia de la profesión docente, la nobleza del movimiento sindical y (...) la riqueza de la diversidad humana”, según dijo, se obtiene la esencia de la IE.
“Los retos no han acabado, ni mucho menos. Sin embargo, no me cabe duda de que la nueva generación asumirá los retos planteados”, concluyó.