En el panorama en constante evolución de la educación en el Kurdistán, la consecución de un curso escolar estandarizado sigue siendo un tema polémico, explicó el presidente del Kurdistan Teachers’ Union (KTU), Abdulwahed Mohammad Haje. El calendario académico, que cuenta con toda una serie de días festivos e interrupciones, ha constituido durante mucho tiempo una fuente de frustración tanto para el personal docente como para el alumnado.
Un año de incoherencias
El dirigente del KTU puso de manifiesto que el curso académico actual representa un mosaico de días festivos y días lectivos, sin un calendario regular. Los y las docentes suelen encontrarse en una carrera a contrarreloj para completar el plan de estudios, mientras que las y los estudiantes tienen dificultades para asimilar los contenidos adecuadamente. La ausencia de un calendario estandarizado ha dado lugar a numerosos seminarios y ponencias por parte del personal docente, todo ello con el objetivo de encontrar una solución a este problema constante.
Llamamiento a la reforma
“El año pasado presenté un informe pormenorizado en el que ponía de relieve las incoherencias en el calendario escolar. En el informe se hacía hincapié en la necesidad de disponer de un mínimo de 220 días lectivos al año y se establecían comparaciones con los sistemas educativos de otros países. A pesar de las recomendaciones y los datos aportados, el informe fue recibido con resistencia y se adoptaron pocas medidas”, añadió Haje.
Prosiguió destacando que, recientemente, el Comité de Educación del Parlamento del Kurdistán dio un paso decisivo al pedir al Ministerio de Educación que regularizase el calendario académico. En respuesta, el Ministerio propuso un calendario de 211 días lectivos al año. Si bien esta cifra se acerca más al modelo deseado, no queda claro cómo se llevará a cabo teniendo en cuenta las incoherencias actuales, declaró.
Un análisis del calendario propuesto evidencia que actualmente solo se contabilizan 155 días lectivos, una cifra que dista mucho de los 211 días declarados por el Ministerio. En opinión de Haje, esta diferencia plantea un importante reto tanto para el profesorado como para el alumnado, pues dificulta que se pueda completar el plan de estudios y alcanzar los objetivos educativos.
Los días festivos, tanto planificados como no planificados, complican aún más el calendario académico, insistió. “Un solo día festivo puede interrumpir muchos días lectivos, puesto que al alumnado y al profesorado les cuesta retomar la dinámica. Las pasadas vacaciones de primavera, por ejemplo, se extendieron del 4 al 29 de abril, lo que hizo que los y las estudiantes tuvieran una experiencia de aprendizaje fragmentada”.
Recomendaciones de mejora
A fin de hacer frente a estos desafíos, Haje propuso varias medidas:
- Limitar los días festivos a las celebraciones religiosas y culturales esenciales.
- Combinar las vacaciones de primavera e invierno en un único receso.
- Ampliar el curso académico con objeto de compensar los días festivos no planificados.
Si aplicamos estos cambios podemos garantizar que los 211 días lectivos se utilizarán de manera efectiva, fomentando de esta forma una generación más formada y capacitada, afirmó.
Así pues, Haje concluyó: “En un mundo impulsado por el conocimiento y la innovación, cada momento de aprendizaje es valioso. Es fundamental que prioricemos la educación y llevemos a cabo los ajustes necesarios en nuestro calendario escolar. De este modo, podemos brindarle a nuestro alumnado las herramientas que necesita para triunfar y contribuir a lograr un futuro más brillante para el Kurdistán”.