Después de un año de negociaciones para lograr la renovación de los convenios colectivos del sector público y ante la intransigencia del gobierno de Quebec, su reticencia a las reivindicaciones de los trabajadores y las trabajadoras y sus ataques injustificados a sus condiciones de trabajo, el Front Commun, formado por sindicatos del sector público —la Centrale des Syndicats du Québec (CSQ), la Fédération des Travailleurs et Travailleuses du Québec (FTQ), la Confédération des Syndicats Nationaux (CSN) y la Alliance du Personnel Professionnel et Technique de la Santé et des Services Sociaux (APTS)— convocó el 6 de noviembre una huelga.
Preocupantes condiciones laborales en el sector público
En todo Quebec se han organizado más de 500 paros laborales a fin de responder a los ataques del gobierno y lograr mejoras significativas en las condiciones laborales. En el sector de la educación, en la educación superior y en la salud y los servicios sociales, 420 000 trabajadores y trabajadoras votaron de manera masiva a favor de una huelga (95 %) y formaron piquetes de huelga, unidos con una sola voz, con el fin de obligar al gobierno a actuar.
El Front Commun cree que, si el gobierno pretende ser el mejor empleador posible, esto debe reflejarse en las mesas de negociación.
La CSQ recordó que, “antes de llegar al último recurso que representa la huelga, el Front Commun insistió durante meses en que las ofertas del gobierno no resultaban aceptables en un contexto en el que las condiciones de trabajo en el ámbito público también son preocupantes. Un 95 % de votos a favor de la huelga representa un máximo histórico”.
Asimismo, la CSQ califica de “insultante” la oferta salarial, que consistía en un aumento del 10,3 % para los próximos cinco años en un contexto de elevada inflación. Para el sindicato, “los ataques al plan de pensiones están injustificados y la flexibilidad que exige a toda costa la parte empresarial supone una aberración”.
En opinión de la CSQ, con sus intervenciones en la mesa de negociación “el gobierno demuestra una vez más su incapacidad para comprender las dificultades vividas en los servicios públicos y para darse cuenta de la urgencia de salvar un barco que se está hundiendo. De este modo, además, prueba su total desconexión con respecto al malestar de los trabajadores y las trabajadoras, quienes, exhaustos, cargan sobre sus hombros unos servicios públicos más debilitados que nunca”.
Por otro lado, los desafíos que plantean la escasez de mano de obra y la baja contratación afectan en especial al personal miembro de las seis federaciones que representan al personal docente, así como al personal profesional y de apoyo en las redes de educación primaria, secundaria y universitaria.
Recorte de las prioridades patronales y una negociación convertida en espectáculo
La Fédération Nationale des Enseignantes et des Enseignants du Québec (FNEEQ-CSN), por su parte, argumentó que “al final de la consulta sobre la huelga, ¡los sindicatos miembros de las organizaciones que componen el Front Commun dieron a este un mandato histórico!”.
La federación explica que, en el sector del profesorado de los centros de formación general y profesional (CEGEP, por sus siglas en francés), todos los sindicatos afiliados a la Fédération de l’Enseignement Collégial (FEC-CSQ) y a la FNEEQ-CSN votaron a favor del paro laboral que podría dar lugar a una huelga general indefinida.
La federación añade también que, “ante la patronal, el mensaje es claro: las ofertas actuales resultan insuficientes, insatisfactorias, incluso insultantes: ¡los miembros afiliados están dispuestos a continuar su movilización recurriendo a este último medio de presión!”.
Tras una gran manifestación nacional que llevó a cabo el Front Commun el 23 de septiembre, en la que más de 100 000 personas se reunieron en las calles de Montreal en defensa de los servicios públicos, el gobierno de Quebec exigió a los comités patronales de las mesas sectoriales que establezcan prioridades en sus reivindicaciones y mantengan solamente cinco o seis.
“Más allá del contenido de esta reivindicación sujeta a prioridades, lo que se desprende de este recorte patronal y de la negociación convertida en espectáculo a la que nos invita el gobierno es el control indebido que el Consejo del Tesoro ejerce sobre las conversaciones sectoriales”, argumentó la FNEEQ-CSN. “Los Profs en négo [los profesores negocian] se niegan a reducir la negociación a unas cuantas prioridades patronales, así como tampoco aceptan dejar a la Coalition Avenir Québec —partido político que forma un gobierno mayoritario desde las elecciones generales de Quebec del 1 de octubre de 2018— el monopolio del espacio público en esta materia. Sabemos que los logros sindicales resultantes de la negociación también son logros esenciales para mantener unos servicios públicos de calidad, una expectativa colectiva que la pandemia ha puesto de relieve. ¡En las próximas semanas, redoblaremos nuestros esfuerzos para llevar nuestras conversaciones a buen puerto!”.
Los trabajadores y las trabajadoras del sector público estarán en huelga del 21 al 23 de noviembre. Otros sindicatos que representan al personal de los servicios públicos y que no son miembros del Front Commun han seguido el ejemplo y han anunciado su intención de unirse al movimiento de huelga general indefinida.