En 2020, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ordenó a los Gobiernos de 15 países, entre ellos Nepal, que redujeran su gasto público, una medida que ha afectado enormemente al profesorado tras la pandemia de COVID-19.
La directiva [1] se centraba en reducir la masa salarial del sector público y utilizar los fondos ahorrados para hacer frente a las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, con semejantes medidas, el sector educativo, que está poco desarrollado, se ha quedado estancado, tanto en lo que se refiere a los medios de vida del profesorado como al progreso general del alumnado. Además, al descuidarse aspectos tan básicos, el sector educativo va a permanecer estancado en el futuro.
Anteriormente, el FMI proporcionó apoyo financiero a los países en desarrollo para ayudarles a superar la pandemia, que estaba haciendo mella en el sector del desarrollo. Pero después impuso una serie de directivas para que estos fondos se utilizaran como reserva, no para proporcionar ayuda económica a los trabajadores y las trabajadoras de primera línea, en particular médicos, enfermeras/os y docentes. Según un informe publicado en 2020, se calcula que en los 15 países donde se impusieron las directivas se perdieron casi 3 millones de puestos de trabajo.
En el sector de la educación, donde la mayoría de los fondos se obtuvieron recortando los salarios de los y las docentes y limitando las medidas para mejorar los niveles de enseñanza, la calidad de la educación ha disminuido considerablemente, como consecuencia de lo cual el alumnado esté siendo instruido por docentes poco profesionales y el propio profesorado está teniendo dificultades para satisfacer sus necesidades cotidianas. Esto está sucediendo en Nepal y en otros países donde se impusieron las directivas. Los y las docentes son clave para el desarrollo de una fuerza de trabajo altamente cualificada y constituyen la columna vertebral del país y de la economía. Sin embargo, cuando el sector y la profesión educativa no reciben un trato adecuado, el futuro de los/las estudiantes y del país se ve comprometido.
Socavar la calidad de la educación
Nepal es uno de los países donde las directivas fueron impuestas por el Gobierno. A pesar de estar clasificado como uno de los países más pobres del mundo, el sector educativo estaba mejorando en comparación con décadas anteriores. La tasa de escolarización había aumentado y se habían creado escuelas en todas las regiones del territorio nacional. Ahora, sin embargo, la directiva del FMI se ha convertido en un obstáculo para el logro de una educación de calidad. El hecho de que el Gobierno no esté asignando los fondos necesarios al sector se ha traducido en un deterioro del material didáctico, la desmotivación del profesorado, una falta de infraestructuras adecuadas y la pérdida de puestos de trabajo. Con estos resultados, el sector educativo ha retrocedido una década. En las entrevistas realizadas quedó claro que el material didáctico no responde a las necesidades del alumnado. Además, muchos/as docentes han tenido que optar por otra profesión para ganarse la vida, puesto que los ingresos procedentes de la enseñanza no les permitían cubrir sus necesidades cotidianas.
Hoy en día, las condiciones del alumnado siguen siendo inadecuadas, y la mayoría de los niños y las niñas que viven en zonas rurales no están recibiendo una educación de calidad. Esto se debe a la escasez de recursos educativos, al déficit de docentes y a las pésimas infraestructuras físicas. Por ejemplo, la mayoría de las escuelas públicas carecen de recursos educativos modernos, como laboratorios informáticos debidamente equipados, y el alumnado apenas tiene conocimientos sobre el uso y las implicaciones de los ordenadores. Asimismo, las condiciones de vida de los y las docentes se están viendo afectadas porque sus salarios son inadecuados e irregulares, y están teniendo dificultades para adquirir productos de primera necesidad. Además se prevé un aumento de la inflación en 2022 y 2023. En todo el país hay docentes que han abandonado la profesión en busca de un futuro mejor. Algunos crean su propia empresa o se trasladan a escuelas privadas para tener un sueldo mejor, pese a los problemas a los que se enfrenta el profesorado de las escuelas privadas. Muchos/as docentes de escuelas públicas han emigrado en busca de mejores ofertas laborales, ya que en Nepal no pueden acceder a un nivel de vida alto. Durante la pandemia, muchos/as docentes contractuales, reemplazantes y provenientes del sector privado, contratados/as por el Gobierno, fueron despedidos/as porque las escuelas no podían mantenerlos/as.
En términos de infraestructura, las obras de construcción y reparación de escuelas se han suspendido, impidiendo que los niños y las niñas puedan aprender en un entorno seguro.
Surendra Ghimire, dirigente de un sindicato local, declaró: “Nos enfrentamos a problemas como la reducción del número de aulas y patios de recreo, así como a la escasez de herramientas TIC. Estamos impartiendo clases en línea, pero lo cierto es que nuestros/as docentes no están preparados/as para gestionar una educación virtual. Es preciso que las escuelas dispongan de laboratorios de informática y dispositivos multimedia. No tenemos suficientes docentes para determinadas asignaturas y la proporción de alumnos por docente es de 65:1. Necesitamos más financiación del Gobierno”.
El papel de los sindicatos de la educación
Para hacer frente a estos problemas, los sindicatos de docentes están colaborando con el Gobierno para minimizar las consecuencias adversas, y participan activamente en muchos procesos decisorios. Han intentado persuadir al Gobierno y a otras autoridades competentes de que incrementen la contribución anual al sector de la educación pública y aumenten el presupuesto anual de la educación al menos al 25% del presupuesto total. Rajendra Raj Paudel, líder sindical a nivel nacional, puso de relieve que “a la hora de organizar el funcionamiento de las escuelas y las clases en línea, el Gobierno no proporcionó ninguna medida de seguridad con respecto al profesorado y al alumnado. Las clases en línea se introdujeron seis meses después del confinamiento, lo cual empeoró las condiciones. Se introdujeron clases en línea, sesiones por radio y televisión y sesiones de contacto, pero no se consiguió aprovechar todo su potencial”.
Hom Kumar Thapa, presidente de un sindicato nacional, planteó otro problema: “Un buen número de docentes de escuelas privadas perdieron sus puestos de trabajo porque carecían de las herramientas o los conocimientos para impartir clases en línea”.
A raíz del mandato del FMI de recortar el gasto público, la situación del sector educativo se ha deteriorado. Otros sectores también se han visto afectados, pero el efecto de los recortes presupuestarios ha sido mucho mayor en la educación. Además, dado que la educación constituye la columna vertebral de cualquier país, la falta de financiación se traducirá en peores condiciones de trabajo para el profesorado, y, en última instancia, socavará el derecho a una educación equitativa y de calidad para el conjunto de estudiantes. Esto repercutirá a largo plazo en la situación global de Nepal, que solo podrá formar a personal semicualificado, y el país tendrá dificultades para recuperar el rumbo puesto que será demasiado tarde.
Fondo Monetario Internacional. (2020). 2020 ARTICLE IV CONSULTATION. Washington: International Monetary Fund.
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