David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación, la federación global que agrupa a docentes y personal de la educación, manifestó su indignación tras el saqueo de la sede de la Confederazione Generale Italiana del Lavoro (CGIL), la mayor central sindical italiana, perpetrado por grupos neofascistas.
La violencia estalló el sábado 9 de octubre, durante las manifestaciones contra el “Green Pass” –el certificado que garantiza la vacunación contra la COVID, test negativo o recuperación reciente del virus–, ahora obligatorio para todos los empleados en Italia.
“En tanto que educadores y sindicalistas, condenamos sin paliativos el asalto contra la CGIL, y expresamos nuestra total solidaridad con nuestros compañeros y compañeras en Italia. Este acto de violencia por parte de grupos que se declaran neofascistas constituye un claro ataque contra las instituciones democráticas y un intento de intimidación hacia aquellos que se oponen al extremismo y al autoritarismo”, manifestó David Edwards, secretario general de la Internacional d la Educación.
“Nos solidarizamos con nuestra afiliada la FLC-CGIL y con todas nuestras organizaciones afiliadas en Italia así como con otros sindicatos en el país, que continúan representando la voz de los trabajadores y las trabajadoras, y trabajando por una democracia inclusiva”, añadió Edwards.
Tras el incidente, doce individuos –incluyendo destacados líderes de Forza Nuova, partido político minoritario que se autodenomina neofascista– fueron detenidos en conexión con los actos violentos.
"El asalto a la sede de la CGIL es un acto de vandalismo fascista. Un ataque contra la democracia y contra todo el mundo del trabajo. Que nadie piense que puede hacer retroceder nuestro país a su pasado fascista”, declaró Maurizio Landini, secretario general de la CGIL.
Informes de prensa basados en datos facilitados por fuentes oficiales indican que los perpetradores de la violencia forman parte de un grupo de extrema derecha cuyas estrategias y acciones se inspiran en el asalto al Capitolio estadounidense en Washington DC el pasado 6 de enero. En ambos casos, resulta evidente que grupos extremistas recurrieron a las redes sociales para manipular la ira y la insatisfacción de la población apoyándose en mentiras y distorsiones de la realidad.
“Cuando los hechos son debatibles, entonces no son hechos y sin hechos no hay verdad y sin verdad no existe la confianza. Sin todo esto no tendremos una realidad compartida y no podrá haber democracia”. Esta cita de Maria Ressa, amiga de la Internacional de la Educación y galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2021, ilustra el papel clave de organizaciones representativas como los sindicatos a la hora de salvaguardar unas democracias sanas.
Del mismo modo que los periodistas y la prensa libre tienen un papel vital para apoyar la democracia cuando es frágil y está siendo atacada, también lo tienen los y las docentes. El papel del profesorado es fundamental para cimentar los valores de la democracia, el desarrollo de competencias como escuchar, la observación, el pensamiento crítico, el debate libre, y una ciudadanía activa. Estas competencias ayudan a la juventud a distinguir hechos de propaganda y sirven como principios para guiar sus acciones en tanto que personas adultas.
“El valor de los sindicatos para construir y mantener la democracia, así como el papel irremplazable de periodistas y docentes, deben ser comprendidos y apoyados para prevenir el tipo de violencia y extremismo que desembocó en el ataque de la sede sindical en Roma”, concluyó Edwards.
La Internacional de la Educación se sumará a la manifestación nacional antifascista convocada el sábado 16 de octubre en Roma por las tres principales centrales sindicales italianas, la Confederazione Generale Italiana del Lavoro (CGIL), la Confederazione Italiana Sindacati Lavoratori (CISL) y la Unione Italiana del Lavoro (UIL).
Abbasso il fascismo. Viva la democrazia.