El trabajo infantil se refiere al trabajo que es a) mental, físico, social o moralmente peligroso y dañino para los niños y niñas y que b) interfiere con la escolarización de los niños y niñas al privarles de la oportunidad de asistir a la escuela; obligándoles a abandonar la escuela prematuramente; o exigiéndoles que intenten combinar la asistencia a la escuela con un trabajo excesivamente largo y pesado.
La Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño define al niño o niña como cualquier persona menor de 18 años. El trabajo infantil es el empleo o el trabajo realizado por un niño o niña que no alcanza la edad mínima legal de admisión al empleo fijada por un país de conformidad con el Convenio 138 de la OIT(por lo general, 14 o 15 años, con posibles excepciones para los trabajos ligeros a partir de los 12 o 13 años); o cualquier trabajo realizado por un niño o niña menor de 18 años que constituya una de las peores formas de trabajo infantil según la definición del Convenio 182 de la OIT. Esto incluye el trabajo o las actividades económicas que puedan dañar la salud, la seguridad o la moralidad de los niños y niñas (a menudo denominado trabajo peligroso).
El trabajo infantil incluye el trabajo realizado por los niños o niñas, ya sea remunerado o no, o en la economía formal o informal, si es perjudicial para la escolarización o perjudicial para la salud y el desarrollo. Sin embargo, no se considera trabajo infantil el trabajo realizado en el hogar o en sus alrededores que no repercuta negativamente en la escolarización, la salud o el desarrollo del niño o niña. A veces se denomina "trabajo de socialización" o la socialización del niño o niña a través de la experiencia laboral.