Al igual que muchos países durante la pandemia, Filipinas hizo una transición hacia modalidades de aprendizaje a distancia que permitieran asegurar la continuidad de la educación. Sin embargo, el programa de aprendizaje a distancia experimentó problemas de déficit de financiación y de conexión a Internet y acceso a los recursos de enseñanza y aprendizaje. La Alliance of Concerned Teachers (ACT), una de las organizaciones miembros de la Internacional de la Educación (IE) en Filipinas, pide desde entonces al Gobierno que aumente los recursos a fin de facilitar el aprendizaje a distancia.
La ACT acogió con satisfacción el reciente aumento de la asignación anual para la docencia de 3.500 a 5.000 pesos (unos 85 euros) incluido en el presupuesto de educación para 2021. Sin embargo, el secretario general de la ACT y miembro del Consejo Ejecutivo de la IE, Raymond Basilio, destacó que “la asignación anual de 5.000 es totalmente insuficiente para cubrir los gastos del profesorado correspondientes a la conexión a Internet, teléfono, impresoras y cartuchos de tinta, y el aumento de las facturas de electricidad”.
En virtud del presupuesto nacional aprobado para 2021, la asignación para la docencia de 5.000 pesos debería cubrir los gastos relacionados con el material para la enseñanza, la comunicación e Internet, así como la asignación para gastos médicos de los equipos docentes de las escuelas públicas para todo el año.
Habida cuenta de que la asignación para la docencia ya se había fijado en 3.500 pesos en los últimos años y la asignación para gastos médicos en 500, Basilio señaló que el aumento básicamente destinaba solo 1.000 pesos a la asignación para Internet, es decir, 83 pesos al mes. Esta cantidad está muy lejos de los gastos reales y la solicitud formulada por los docentes y las docentes de recibir una asignación mensual para Internet de 1.500 pesos.
Asimismo, el incremento de la asignación no es suficiente para reembolsar al profesorado los gastos relativos a la distribución de los módulos de aprendizaje. Debido a la falta de financiación adecuada para recursos de aprendizaje, se presionó a los docentes y las docentes para que desembolsaran su propio dinero o solicitaran donaciones para el papel, las impresoras y otro material para la impresión de los módulos.
Basilio pidió que se facilitaran recursos adicionales: “La cantidad ha dejado de ser suficiente para los gastos y necesidades enormes de los equipos docentes de nuestras escuelas públicas debido a la falta de preparación para la ejecución del programa de educación a distancia del Departamento de Educación”.