Destacados pensadores y líderes sindicales progresistas se reunieron con motivo del evento en línea organizado conjuntamente por la Internacional de la Educación (IE) y la Internacional de Servicios Públicos (ISP) para discutir el futuro después de la COVID-19 y cómo crearlo. Prestigiosos ponentes se dirigieron a los líderes sindicales de todo el mundo en la Conferencia sobre la Democracia, que tuvo lugar el 29 de junio.
La presidenta de la IE, Susan Hopgood: Globalizar la justicia social
En su discurso de apertura, Susan Hopgood, presidenta de la Internacional de la Educación, destacó que los años posteriores a la pandemia de COVID-19 estarán llenos de desafíos –y de oportunidades–. “Lo último que quiere la gente es volver a una normalidad que no funcionaba. Necesitamos un cambio radical para que la justicia social se globalice”.
También resaltó que los sindicatos giran en torno a la democracia: “A diferencia de los inversores y las corporaciones, no podemos prosperar en las dictaduras. La democracia es el aire que respiramos”.
Sobre la profesión docente, dijo, “la educación es nuestra contribución vital para estimular el pensamiento crítico, para combatir la segregación y para fomentar la equidad, la diversidad y la inclusión, los valores democráticos y las aptitudes para crear un presente y un futuro mejores”.
Señaló que la Conferencia sobre la Democracia era una herramienta de la Internacional de la Educación y la Internacional de Servicios Públicos que permitía promover la solidaridad sindical mundial en pro de unos servicios públicos fuertes y de unas sociedades más justas, así como defender y promover la democracia. “En una movilización por un mundo mejor, somos una fuerza esencial y fundamental para la democracia, la justicia social y la paz”, dijo Hopgood.
El presidente de la ISP, David Prentis: Debemos establecer nuestra agenda para los servicios públicos
Al dar también la bienvenida a los participantes, David Prentis, presidente de la ISP y secretario general de UNISON del Reino Unido, destacó que “lamentablemente, en muchas partes de nuestro mundo, no se han aprendido las lecciones de las epidemias anteriores. En Europa, por ejemplo, muchos países han visto cómo los servicios públicos y la democracia han sido severamente castigados lo largo de 10 años de medidas de austeridad. Esta situación ha provocado que los servicios públicos vitales no dispongan de recursos suficientes, como equipamiento personal vital, respiradores, medicinas, etc. Y la ISP está muy preocupada por la capacidad de los sistemas de la salud de África de hacer frente a la situación ahora que el virus da muestras de estar ganando terreno en ese continente”.
Una de las lecciones de la pandemia, añadió, ha sido el fracaso de los políticos populistas a la hora de responder a la crisis. En Estados Unidos, Rusia, Brasil y el Reino Unido negaron que la COVID-19 fuera una amenaza seria y, por ello, aplicaron medidas poco contundentes. Finalmente, se han visto obligados a reabrir sus economías demasiado rápido, lo que ha producido repuntes de la infección.
Prentis concluyó: “A medida que los países entren en recesión, si no somos unas federaciones sindicales mundiales fuertes que representan a los trabajadores y las trabajadoras de los servicios públicos, y trabajamos juntos en la ISP y la IE, nuestros servicios públicos serán los que paguen las consecuencias, tanto los de la atención sanitaria como los de la asistencia social o la educación. Tenemos que establecer nuestra agenda y asegurarnos de que la gente de todo el mundo nos escuche”.
Oradores
En la conferencia intervinieron dos oradores principales: el Reverendo Al Sharpton, presidente y fundador de la Red de Acción Nacional de Estados Unidos, y Mariana Mazzucato, profesora de economía de la innovación y el valor público en el University College de Londres, en el Reino Unido.
El Reverendo Al Sharpton: Los trabajadores y las trabajadoras ocupan un lugar central en los movimientos de protesta
“Debemos unirnos a los que están en la calle y mostrarles cómo los trabajadores y las trabajadoras deben formar parte de la base de los movimientos de protesta y no ser un complemento”, declaró el reverendo Sharpton.
Dijo a los asistentes que este es un momento particularmente importante para el mundo, ya que la COVID-19 ha puesto de relieve las disparidades de clase y raza que siempre han estado presentes pero han sido ignoradas y marginadas.
“En medio de la pandemia”, dijo, “la gente empezó a salir a la calle para protestar por la injusticia y el racismo sistémicos. Necesitamos una indignación sostenida a largo plazo que dé lugar a un verdadero cambio”.
Siempre ha existido una unión entre el movimiento sindical y aquellos que luchan contra la injusticia y el racismo, dijo Sharpton. “Los trabajadores y las trabajadoras forman parte de la base de este movimiento. Debemos trabajar juntos más allá de las líneas raciales y nacionales. Nadie más que nosotros puede hacerlo”.
La economista Mariana Mazzucato: Los trabajadores y las trabajadoras deben estar en la mesa
Mariana Mazzucato, profesora de economía de la innovación y el valor público en el University College de Londres, sostuvo que ha llegado el momento de replantearse el papel del Estado a la hora de hacer frente a los desafíos de la sociedad y cumplir los objetivos públicos. Compartió ideas sobre cómo potenciar la influencia positiva de la política estatal en la respuesta a la COVID-19.
Puso de relieve las poderosas fuerzas que han tratado de influir en la opinión pública y política con respecto al tamaño y la función del Estado –y que, en última instancia, han socavado la confianza en él y en su capacidad de apoyar la democracia. “Nuestra tarea es cambiar esta situación, pero primero tenemos que entenderla”, subrayó.
La profesora Mazzucato fue categórica en cuanto a que los sindicatos son fundamentales para cambiar la gobernanza y los mercados, por lo que “la voz de los trabajadores y las trabajadoras debe estar presente en la mesa para orientar la transición hacia una economía más sana y sostenible después de la COVID-19”.
Continuó diciendo que “tenemos que pasar de pensar en los trabajadores y las trabajadoras esenciales a pensar en una economía y una sociedad esenciales y replantearnos el estado de bienestar. Solo nos fijamos en el coste de los servicios públicos, no hemos encontrado una manera de medir el valor de lo que aportan”.
También destacó que los rescates deben ir acompañados de requisitos relativos a las condiciones de trabajo, el clima y otras cuestiones. Dado que la gobernanza de las partes interesadas es esencial y los sindicatos son fundamentales para lograr que esta estructura de gobernanza sea apropiada, ahora tenemos la oportunidad de hacerlo, dijo a los participantes.
La crisis de la COVID-19 ha puesto de manifiesto las debilidades extremas de la estructura de nuestra economía, y “los Estados deben intervenir y gobernar este escenario desde una perspectiva que tenga en cuenta el valor público”, añadió.
Los defensores de los derechos humanos y sindicales en primera línea
Los líderes sindicales de diferentes regiones del mundo compartieron historias y mensajes poderosos sobre cómo dar muestras de liderazgo en la lucha por la democracia y sobre el precio que hay que pagar.
Al presentarlos, Randi Weingarten, presidenta de la Federación Americana de Docentes y miembro del Consejo Ejecutivo de la Internacional de la Educación, dijo que se sentía inspirada por los fuertes vínculos que se están desarrollando entre los sindicatos y los movimientos de protesta. “Los movimientos de protesta que vemos –desde Black Lives Matter (Las vidas negras importan) hasta el Movimiento por la Justicia Climática– son esenciales para cambiar las reglas del juego. Son tan importantes como las elecciones. Y los sindicatos son unos activistas vitales de estos movimientos”.
También explicó que en un momento en que el mundo se enfrenta a tres crisis interconectadas –una crisis sanitaria, una crisis económica y una crisis política– los sindicatos deben “trabajar para promover la democracia, la justicia social y la igualdad en un momento crítico”.
Respuesta Mundial
Los principales contribuyentes de los sindicatos fueron:
- Mugwena Maluleke, secretario general del Sindicato Democrático de Docentes de Sudáfrica y vicepresidente de la Internacional de la Educación para África. Compartió su punto de vista sobre la importancia que tiene la educación a la hora de fortalecer la democracia frente a las fuerzas de la extrema derecha: “Como movimiento sindical, nuestro poder es movilizar y organizar a los activistas para que luchen por la justicia social. Ahora tenemos que seguir un programa transformador que garantice la financiación de los servicios públicos”.
- Annie Geron, secretaria general de la Confederación Independiente del Trabajo de los Servicios Públicos (PSLINK, por sus siglas en inglés) de Filipinas. Puso de relieve la manera en que la solidaridad mundial sirve de herramienta para luchar contra la autocracia: “A través de la solidaridad y de amplias alianzas a nivel internacional, nos movilizaremos para contrarrestar la narrativa de Duterte y de aquellos que son como él”.
- Jalila Al-Salman, de la Asociación de Docentes de Bahréin (BTA, por sus siglas en inglés) y miembro del Consejo Ejecutivo de la Internacional de la Educación. Detenida y condenada por un tribunal militar por exigir reformas educativas y por organizar a los docentes, la defensa de los derechos humanos y sindicales la ha obligado a sacrificar su libertad y su seguridad: “Sabemos que los sindicatos son a menudo las únicas instituciones que dan voz a los trabajadores y las trabajadoras y a sus comunidades que son desatendidos por los que están en el poder. Y lo que es más importante, somos las organizaciones que se oponen a los regímenes autoritarios y a la injusticia social”.
- Carolina Espinoza Tapia, vicepresidenta del Comité Regional de Mujeres de la ISP Interaméricas y responsable de género de CONFUSAM, la Confederación de Funcionarios y Funcionarias de Salud Municipal de Chile. Abogó por un reequilibrio del poder y de los recursos: “Chile es probablemente un ejemplo extremo de la aplicación del modelo neoliberal. En Estados Unidos, el 1% más rico acumula el 20% del PIB [producto interno bruto]; en Chile, el 36%”.
La solidaridad es el camino a seguir
En sus observaciones finales, el Secretario General de la IE, David Edwards, recalcó que “ahora es el momento oportuno para un liderazgo transformador. Los sindicatos y los activistas de los derechos civiles están unidos en la lucha por la justicia social, por el planeta, por el tipo de mundo que queremos. Sabemos lo que la solidaridad puede hacer y vamos a hacerlo”.
Al compartir sus ideas sobre cómo se pueden cambiar las reglas del juego después de la COVID-19, Rosa Pavanelli, Secretaria General de la Internacional de Servicios Públicos, señaló que “como trabajadores y trabajadoras de los servicios públicos, somos la fábrica de los derechos humanos. Por eso somos perseguidos por los gobiernos autoritarios. Somos la barrera ante las tendencias antidemocráticas”.