Hoy se ha publicado el Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2020 (Informe GEM) Inclusión y educación: Todos y todas sin excepción. Su publicación llega en un momento crucial, en que el brote mundial de COVID-19 está provocando una grave crisis en la educación, especialmente para las personas más vulnerables.
El informe aborda un amplio concepto de la inclusión y se centra en personas con discapacidad y otros grupos marginados, así como en los elementos comunes de las vulnerabilidades y la discriminación por motivos de género, ubicación, pobreza, discapacidad, origen étnico, idioma, condición de migrante o desplazado, orientación sexual, encarcelamiento, religión y otras creencias y actitudes. Asimismo, evalúa los progresos realizados en la consecución del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 (ODS 4) y recuerda a los gobiernos su obligación de « garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa» para todos.
El informe 2020 muestra que, incluso antes de la pandemia, el derecho a la educación para todos y todas estaba lejos de ser una realidad, ya que uno de cada cinco niños y niñas, adolescentes y jóvenes estaba excluidos de la educación. Por otro lado, alerta a personas responsables políticas de que lacrisis de COVID-19 ha exacerbado las desigualdades subyacentes y «que la resistencia a atender las necesidades de todo el estudiantado es una verdadera amenaza para el logro de los objetivos en materia de educación a escala mundial». Según el informe, solo alrededor del «40 % de los países con ingresos bajos e ingresos medios-bajos han apoyado a estudiantes en riesgo de exclusión» y, debido a la pandemia,han surgido nuevos riesgos de exclusión, como la «accesibilidad a lasoportunidades de aprendizaje a distancia». Este riesgo afecta particularmente a las niñas en situación de pobreza, ya que tienen más probabilidades de abandonar los estudios y ser víctimas de diversas formas de trabajo infantil que los niños, y además tienen pocas posibilidades de volver a tener un futuro educativo.
La inclusión no suele constituir un elemento integrante de la formulación y aplicación de políticas, tal como lo demuestra el hecho de que muchas de las respuestas nacionales a la pandemia de COVID-19 no han apoyado a las personas más vulnerables. El Informe GEM 2020 destaca que muchos países no han trasladado los convenios internacionales en materia de inclusión a sus legislaciones nacionales. Asimismo, los presupuestos educativos no suelen cumplir los parámetros de referencia internacionales y la ayuda lleva años estancada. Por ende, las políticas inclusivas siguen recibiendo una atención y una financiación insuficientes. En este contexto, a la Internacional de la Educación le preocupada en particular la aparición de actores privados que persiguen agresivamente el lucro y suponen una verdadera amenaza para el derecho a la educación de las personas más vulnerables. Tal como lo demuestra la crisis de COVID-19 y los datos del informe, contar con sistemas públicos inclusivos y servicios de apoyo como la vivienda pública, la sanidad pública, la asistencia a personas con discapacidad y la infraestructura, entre otros, son fundamentales para la inclusión. Estos servicios contribuyen a garantizar la plena participación de todas las personas en la educación y la sociedad sin discriminación.
La IE ha acogido con satisfacción el hecho de que a lo largo del informe se destaque que el personal docente y las direcciones escolares desempeñan un papel fundamental en la consecución de la educación inclusiva. Uno de los principales desafíos identificadoses que no todo el profesorado está preparado, capacitado ni cuentan con el apoyo necesario para enseñar a todos los y las estudiantes. El Informe GEM se hace eco de los resultados de la encuesta de la Internacional de la Educación sobre educación inclusiva y alerta a personas responsables políticas de que no se ofrecen suficientes actividades de desarrollo profesional y capacitación, y las que se ofrecen se suelen considerar como de baja calidad y pertinencia. Además, la promoción de exámenes estandarizados, las instalaciones inadecuadas, los materiales y planes de estudio obsoletos, así como la falta de autonomía, son algunos de los retos de los sistemas educativos que se mencionan como un obstáculo para la planificación educativa y la enseñanza inclusivas. No obstante, el informe no reconoce el papel transformador del personal docente más allá del aula: el personal docente, el personal de apoyo educativo y los sindicatos que les representan puedendesempeñar un papel crucial en la mejora y el fortalecimiento de los sistemas educativos mediante un diálogo social y político continuo.
El informe reconoce la importancia de un enfoque integral de la escuela, en el que equipos multiprofesionales y de diversa índole, integrados por personal docente y personal de apoyo educativo, trabajen juntos para ofrecer una educación inclusiva. La Internacional de la Educación ha acogido positivamente el reconocimiento que se hace en el informe al papel que desempeña el personal de apoyo educativo para garantizar la educación inclusiva, incluida la función del profesorado auxiliar. Tal como se refleja en las iniciativas de recopilación de datos, el personal de apoyo educativo suele ser un componente invisible de la fuerza laboral educativa y la Internacional de la Educación insta a los gobiernos a que inviertan en su estatus y sus condiciones de trabajo, así como de todos los y las trabajadoras de la educación. Además, también será fundamental garantizar que la fuerza laboral educativa sea diversa, que refleje al conjunto estudiantil y cuente con la formación y la capacitación necesarias para satisfacer las necesidades de todo estudiante, incluidos aquellos con alguna discapacidad.
Otro reto identificado en el informe es la falta de datos de calidad tan apremiante y necesaria para orientar a personas responsables políticas, así como a profesorado en el aula. La recopilación de datos es un tema delicado en particular en el caso de grupos vulnerables. Tal como indica en el informe, una exhaustiva recopilación de datos puede dejar a la vista la discriminación existente y contribuir a un seguimiento de la equidad y la inclusión. Sin embargo, también puede estigmatizar a las personas a nivel individual o incluso poner en peligro a grupos minoritarios. El Informe GEM 2020 aborda estas tensiones y ofrece algunos ejemplos esclarecedores de cómo se puede mejorar la recopilación de datos para apoyar al personal docente y a responsables políticos. Lo que también incluye dejar de centrarse en los resultados del aprendizaje y la categorización y, en su lugar, recopilar más datos sobre las experiencias de aprendizaje, así como sobre el sentido de pertenencia, que es crucial para el éxito educativo.
En conclusión, el Informe GEM 2020 debería ser una llamada de atención a los gobiernos para que reformen los sistemas educativos con el fin de garantizar el derecho a la educación para todos y todas. El ODS 4 solo se logrará si los sistemas educativos proporcionan una educación inclusiva para todos y todas en todo momento. La crisis de COVID-19 no debería retrasar nuestros esfuerzos para abordar los retos que enfrentan las personas más vulnerables, sino agilizar las reformas y la aplicación de las políticas de educación inclusiva. Para tener éxito, el propio proceso de reforma debe ser inclusivo y contar con la participación de representantes de grupos de personas vulnerables, así como del personal docente, el personal de apoyo educativo y sus sindicatos. La Internacional de la Educación seguirá exigiendo el cumplimiento del derecho a una educación pública de calidad para todos, y el derecho de trabajadores y trabajadoras de la educación a condiciones de trabajo decente.