Según la OIT, hay más de 150 millones de niños trabajadores en el mundo. Conscientes de este desafío y decididas a promover el derecho a una educación de calidad para todos, varias afiliadas de la IE de trece países han iniciado una serie de programas para erradicar el trabajo infantil con el apoyo de la IE y sus socios. Si bien es probable que las consecuencias de la pandemia de COVID-19 provoquen un aumento en el abandono escolar y el trabajo infantil, las buenas prácticas identificadas en estos programas pueden ser soluciones potenciales.
En el marco de estos programas [i], se han establecido «zonas libres de trabajo infantil» en una comunidad o grupo de aldeas. Todos los actores colaboran en la erradicación sistemática del trabajo infantil y la reintegración de los niños y niñas en establecimientos educativos oficiales a tiempo completo. Entre estos actores se incluyen los docentes, los padres y madres, los sindicatos, las ONG y las asociaciones locales, las autoridades locales, los líderes religiosos y los empleadores. En este tipo de proyecto no se hace ninguna distinción entre las diferentes formas de trabajo infantil: el objetivo es que toda la población entienda y haga suya la norma de que no se puede poner en peligro la escolarización de un niño.
La participación de los sindicatos de docentes suele comenzar con la formación del personal en el ámbito en cuestión: explicar a los docentes la legislación relativa al trabajo infantil, la diferencia entre trabajo infantil (que está prohibido) y trabajo de socialización (que no obstaculiza la escolarización, sino que contribuye a la adquisición de competencias); favorecer una pedagogía centrada en el niño; ayudarles a comunicarse con los niños, los padres y la comunidad sobre los peligros del trabajo infantil, etc [ii].En algunos países, como Burkina Faso y Nicaragua, se forman círculos pedagógicos entre los maestros que han recibido estas formaciones sindicales y el resto para mejorar la calidad de la educación en todas las escuelas incluidas en los proyectos.
Al final de las formaciones se designa un docente como punto de contacto en cada escuela de la zona para coordinar las acciones a adoptar con vistas a evitar el abandono escolar y atraer y retener en la escuela a los niños que trabajan. En varios países, este objetivo se logra mediante la implicación de los alumnos, por ejemplo, mediante la creación o el fortalecimiento de clubes escolares para luchar contra el trabajo infantil.A través de actividades culturales como la danza, el teatro callejero y el canto, los miembros de estos clubes llevan a cabo actividades de sensibilización sobre las consecuencias del trabajo infantil y la importancia de la educación. Informan a las escuelas sobre los niños que no están escolarizados para que los maestros puedan ponerse en contacto con los padres.
«Antes del proyecto teníamos poca comunicación con los padres, e incluso con los estudiantes», explica Gela María Cárdenas, profesora de La Dalia, Nicaragua, donde el sindicato CGTEN-Andén está desarrollando su proyecto.«Hemos aprendido a hablar con los padres y los visitamos en sus hogares, dos elementos que han fomentado su confianza. Hay un cambio de mentalidad en la comunidad. Los padres solían pensar que el trabajo infantil era normal, pero ahora entienden que enviar a un niño a trabajar es perjudicial».
Escuelas más atractivas
Hacer que las escuelas sean más atractivas es la prioridad de los proyectos contra el trabajo infantil de la IE. Ello implica dejar de lado los castigos corporales, como en Uganda, donde el sindicato UNATU ofrece medidas disciplinarias alternativas a los maestros de la zona de Erussi (subregión del Nilo Occidental). Muchos proyectos también otorgan una gran importancia a la celebración de la cultura tradicional (música, danza y juegos).«Estas actividades son un factor importante en la lucha contra el abandono escolar», sostiene Nahass Hamid, coordinador del proyecto del sindicato SNE-FDT para combatir el trabajo infantil en Marruecos. « Los estudiantes no se aburren y es otra forma de aprender y motivarlos».
Los sindicatos involucran a toda la comunidad y se invita a las personas más influyentes a participar en la formación sindical. Es el caso, por ejemplo, de los líderes tradicionales y religiosos, el personal de la alcaldía, los representantes locales de los ministerios de educación y, en algunos casos, los agentes de policía. También se imparten formaciones a las asociaciones de padres y a los comités de gestión escolar. Cada uno toma conciencia del papel que puede desempeñar, por ejemplo, acompañando a los maestros en las visitas a los padres para convencerlos de que vuelvan a llevar a sus hijos la escuela. El sindicato SNEC de Malí ha creado asociaciones de madres para reforzar sus proyectos, teniendo en cuenta el papel fundamental que desempeñan las madres en la educación de los hijos.
También es fundamental la sensibilización sobre cuestiones de género, ya que la escolarización de las niñas se suele considerar con demasiada frecuencia como algo secundario. En Uganda, el sindicato UNATU está aplicando una estrategia multifacética que incluye la garantía de que haya por lo menos una maestra que actúe como punto de contacto en cada escuela, cursos de desarrollo profesional sobre las relaciones de género y la promoción de la construcción de baños separados para las niñas.Los proyectos también han abordado los obstáculos prácticos a los que pueden enfrentarse las niñas, por ejemplo, formando a las adolescentes para elaborar toallas higiénicas reutilizables o garantizando un trayecto seguro a la escuela. En varios países, como Zimbabwe, Malawi y Malí, también se hace hincapié en la lucha contra la tradición de los matrimonios precoces y la alta incidencia de embarazos entre las adolescentes.
Resultados rápidos y alentadores
El desarrollo de estos proyectos materializa varias resoluciones aprobadas por los Congresos de la IE en relación con la eliminación del trabajo infantil [iii]. Están consiguiendo resultados rápidos y muy alentadores. «En la zona de Ouroun, en 2013-2014, contabilizamos 1.555 abandonos en todo el curso en las 11 escuelas incluidas en nuestro proyecto.En 2019 no se produjo ningún abandono en estas escuelas», señala Soumeïla H Maiga, coordinadora de proyectos para combatir el trabajo infantil en SNEC.En Uganda, el número total de niños escolarizados aumentó en un 28% entre 2015 y 2019 en las 15 escuelas incluidas en el proyecto Erussi, y las tasas de abandono escolar disminuyeron considerablemente. En Malawi, durante un periodo de 8 meses en 2019, se retiraron 285 niños (138 niños y 147 niñas) de sus trabajos y se les matriculó en las 10 escuelas incluidas en un proyecto de los sindicatos TUM y PSEUM en Kawbinja.
Es probable que la pandemia de COVID-19 y sus consecuencias económicas tengan consecuencias en la escolarización y el resurgimiento del trabajo infantil. Cuando las escuelas abran de nuevo sus puertas tras largos periodos de cierre, es probable que las tasas de asistencia disminuyan, tal como se observó en Guinea tras la epidemia de Ébola en 2014, donde algunos niños no volvieron a la escuela cuando las clases se reanudaron después de una interrupción de varios meses [iv]. Las buenas prácticas puestas en marcha por los sindicatos de la educación en las zonas libres de trabajo infantil deberían limitar las consecuencias negativas. También podrían inspirar acciones similares en otros países para limitar el resurgimiento del trabajo infantil.
[i] La Internacional de la Educación ha publicado un estudio sobre estas buenas prácticas: « Los proyectos de la IE y la Aob relacionados con el trabajo infantil: Buenas prácticas transnacionales y consecuencias sindicales», investigación de Nora Wintour, junio de 2020.
[ii] Véase el artículo de Nora Wintour, “ La vuelta de los niños tras el cierre de las escuelas debido a la COVID-19: cómo los proyectos de trabajo infantil de la IE han fortalecido a los/las docentes y a sus sindicatos”, para más detalles sobre el contenido de las formaciones profesionales.
[iii] Véanse, por ejemplo, las resoluciones «Una acción sostenida contra el trabajo infantil basada en la lucha contra el abandono escolar y las acciones en pro de una educación inclusiva para todos» y «Trabajo infantil», adoptadas por el octavo Congreso de la IE en Bangkok.
[iv] Véase «Aprovechar la experiencia con la epidemia del ébola para combatir el coronavirus en África», por Kadiatou Bah y Salifou Camara.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.