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Entrevista con Marlis Tepe, presidenta del sindicato educativo alemán GEW.

¿A qué conclusión ha llegado después de varias semanas de confinamiento? ¿Cómo han gestionado los trabajadores del sector educativo el cierre de los centros escolares desde un punto de vista salarial y laboral?

La mayoría de los docentes en Alemania son funcionarios y cobraron sus salarios, al igual que los empleados con contratos de trabajo permanentes, cuyo sueldo se calcula según los convenios colectivos. Tampoco nos han informado de ningún problema en el caso de los compañeros con contratos temporales. Por tanto, los docentes han sorteado esta situación sin cambios salariales.

Sin embargo, los centros de educación infantil tienen previsto reabrir con horarios laborales reducidos y, en algunos casos, salarios acordes a esta limitación. Esa es la batalla en la que estamos inmersos ahora mismo. No es el caso de los empleados de centros municipales, que percibirán su sueldo habitual.

Esto se complica para los trabajadores de educación y formación superior, ya que cobran en función de sus propios honorarios. Hemos conseguido que puedan acceder a ayudas sociales en estos momentos. En el caso de los alumnos, se extenderá el límite para el pago de becas un semestre.

Los docentes de educación superior contratados siguen trabajando en situaciones de precariedad. En función de su lugar de trabajo, cuentan con accesos diferentes a diversas medidas de apoyo a corto plazo en cuanto a material en cada estado federado. Esta desigualdad es una de las imperfecciones de nuestro sistema federal.

¿Cómo se han enfrentado los docentes al reto que implican los métodos de enseñanza a distancia?

Este aspecto ha sido más dramático. Durante nuestra reunión con todos los responsables de educación de los estados federados el 12 de marzo, solo Baviera quería cerrar los centros escolares. Tras consultar esta medida con expertos en el virus, los políticos cambiaron de parecer esa misma tarde y decidieron cerrar con un preaviso muy reducido el viernes 13 de marzo. Muchos docentes se anticiparon a este cierre y pidieron a sus alumnos que se llevaran a casa los libros y libretas de clase a casa ese mismo día. Otros sí acudieron a las aulas el lunes siguiente y enviaron por correo a sus alumnos el material que necesitaban.

El cambio a la enseñanza con métodos digitales fue todo un reto. Resultaba más sencillo en los colegios que ya contaban con plataformas para el aprendizaje por internet. No obstante, muchos alumnos solo tienen teléfono móvil y no podían hacer las tareas y deberes sin un portátil u ordenador de sobremesa. Numerosas escuelas y docentes han demostrado una enorme creatividad y se han dedicado a grabar y enviar las clases, además de comunicarse con sus alumnos por teléfono. Para nosotros, resultaba evidente que estaban surgiendo oportunidades en el aprendizaje digital, pero aún existe la necesidad urgente del contacto personal, sobre todo en el caso de los alumnos más pequeños que aún no saben leer.

¿Cómo llevan los alumnos esto del aprendizaje a distancia?

Depende de su entorno social. En circunstancias complejas, en casas pequeñas y cuando existen situaciones de consumo excesivo de alcohol entre los padres o violencia, los profesores, que son quienes están al tanto de lo que sucede de primera mano, nos han contado que a los niños les costaba mucho seguir las clases. Los alumnos procedentes de familias desfavorecidas han estado en clara desventaja. Es evidente que, cuando termine esta crisis, necesitaremos más medidas para compensar este desequilibrio. Como sindicato, llevamos tiempo exigiendo más acciones de apoyo a los centros escolares ubicados en zonas con grandes desigualdades sociales. Además, sus profesores necesitan poder dedicar más tiempo a la interacción social y verse menos limitados por las obligaciones docentes.

¿Ha beneficiado de alguna forma este periodo a los docentes a la hora de plantear sus clases cuando las escuelas vuelvan a abrir sus puertas en mayo?

Nuestros compañeros han colaborado con sus programas digitales en numerosos centros escolares, y han compartido conceptos digitales y vídeos. Algunos son más conscientes de los aspectos positivos que aporta el aprendizaje digital. Otros se han dado cuenta de que alumnos a los que costaba motivar mostraban más interés al aprender con estos métodos. Dado que el aislamiento y el distanciamiento social han afectado a todos, también había más tiempo libre para aprender que antes se dedicaba a otras actividades.

¿Cómo será el plan actual para la reapertura gradual de las escuelas y cómo ha influido la GEW en dichas medidas?

La reapertura de las aulas a partir del 4 de mayo ha sido una decisión de la Canciller y los dirigentes de los estados federados. Se trata de una fecha importante para dichos estados, dado que este año las vacaciones de verano se adelantarán para los residentes en el norte, en la ciudad de Berlín y en Renania del Norte-Westfalia. Querían que los alumnos de mayor edad volvieran aún antes para asegurarse de que pudieran completar los exámenes finales antes del inicio de las vacaciones. Como sindicato, hemos intentado que se otorgue menos relevancia a estas pruebas; pensamos que volver a abrir los centros educativos en todos los estados federados precisa de un tiempo de preparación. Ahora sabemos que esta vuelta será diferente en cada región. Los representantes regionales de la GEW forman parte de los equipos de gestión de la crisis únicamente en varios estados federados; en otros ni se les ha consultado. En el ámbito nacional, el presidente del comité de responsables de educación de los 16 estados federados de Alemania ha invitado a la GEW y a la asociación de padres y madres VBE junto con representantes de padres y madres de asociaciones federales a que ofrezcan su asesoría en una fase posterior.

¿Qué condiciones se deben cumplir para proteger la salud de los docentes cuando vuelvan a abrirse los centros escolares?

Consideramos que se debe llevar a cabo una evaluación de los lugares de trabajo de todos los centros escolares en términos de situación sanitaria, así como revisar que se puede respetar la distancia de 1,5 m entre personas necesaria para trabajar. Hará falta consultar con los organismos de representantes de los docentes en los centros con respecto a estas evaluaciones sobre el nivel de riesgo: ¿hay suficientes lavabos, jabón, gel desinfectante? Después, caso a caso, tendrán que decidir qué grupos de edad podrán incorporarse primero, qué personal está preparado para dar clases y qué trabajadores pertenecen a grupos con un mayor riesgo de contagio según lo indicado por los expertos. Estas personas seguirán trabajando desde casa. Además, las escuelas tendrán que preparar planes para organizar las clases con la mitad de los alumnos en modo presencial. Es algo bastante complejo.

¿Considera que los docentes y estudiantes necesitan algún equipamiento de protección?

Según los estándares que publicó el Ministerio de Trabajo en abril, es posible que tengan que usar mascarilla en los pasillos si no se puede mantener la distancia de seguridad necesaria, por ejemplo, durante los descansos y cada vez que entren y salgan de las instalaciones del edificio. Sin embargo, las mascarillas también pueden suponer un riesgo si no se emplean de forma adecuada. Se trata de una medida que deben implantar los centros a su discreción. Según nuestro punto de vista, es un problema que muchos centros escolares no dispongan de comités al cargo de la seguridad laboral. Hace mucho que criticamos que este aspecto se ha ignorado por completo en la escuela pública. En estos momentos, las oficinas responsables de salud pública tendrán que supervisar y asesorar a los centros.

¿Qué supone para los docentes organizar sus clases como si fueran turnos?

Tendrán que prepararlas de ambas formas: clases para la mitad de los alumnos que estarán presentes y tareas para quienes sigan estudiando desde casa al mismo tiempo. Habrá que decidir qué tiene más sentido: que acuda un grupo las tres primeras horas del día y otro las tres restantes, o bien organizarlos en turnos por días o semanas. No obstante, será todo un reto preparar un horario y coordinar este sistema con la presencia de los compañeros de trabajo. Esto también tendrá que planificarse adecuadamente. Por otra parte, estos aspectos tendrán que coordinarse con los servicios de transporte escolar.

¿Cuáles deberían ser las condiciones para llevar a cabo exámenes en los centros escolares en estos momentos?

Consideramos que este curso no debería haber exámenes en las escuelas dadas las posibilidades desiguales de prepararlos que han tenido los estudiantes. Lo ideal sería que reciban un certificado final según su rendimiento antes de que finalice el curso y en el que se reconozca el progreso alcanzado (como se hace en otros países de Europa). Bajo nuestro punto de vista, la decisión de continuar con los exámenes obligatoriamente en estos momentos es un planteamiento poco apropiado para los alumnos que cursan las asignaturas preparatorias para pruebas de acceso a educación superior. Implica un aumento de las diferencias entre regiones e ignora al resto de alumnos.

¿Cómo ha apoyado y apoya la GEW a sus miembros en este proceso?

Hemos desarrollado una página web que responde a muchas dudas relacionadas con la pandemia de coronavirus; además, hemos hablado con políticos de Alemania de todos los ámbitos; incluso con los Ministros de Trabajo y Economía para aclarar aspectos relacionados con las necesidades económicas. Por otra parte, hemos contactado con el Ministro para la Cooperación Económica, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. El coronavirus ha afectado a la gente de todo el mundo, también a los refugiados: por eso, pedimos que se les saque de los campos donde no existen condiciones sanitarias adecuadas. La solidaridad y los derechos humanos son internacionales.

Nota: entrevista realizada por Sigrid Thomsen.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.