El mundo se enfrenta a una emergencia sanitaria sin precedentes. El brote de COVID-19 ha provocado el cierre de escuelas en 13 países del mundo, paralizando la educación de 290,5 millones de estudiantes.
Los educadores y sus sindicatos están trabajando para transmitir a las comunidades escolares la información precisa y actualizada provista por la Organización Mundial de la Salud sobre las mejores medidas preventivas que evitarán que el virus se propague. Mientras tanto, nuestros colegas de la educación superior y la investigación están trabajando de manera incansable para encontrar una vacuna para el COVID-19.
Hacemos un llamamiento a los gobiernos para que tomen medidas concretas que garanticen la salud y la seguridad de los estudiantes y los trabajadores de la educación.
Los gobiernos deben evaluar la situación en sus países y responder de manera eficaz y proporcionada para contener el brote. Si bien los entornos escolares pueden ser propicios para el contagio y en algunos casos es necesario cerrar temporalmente las instalaciones educativas, instamos a los gobiernos a que adopten medidas para reducir al mínimo las repercusiones del brote en la calidad de la educación que se imparte a los millones de estudiantes que viven en las zonas afectadas.
David Edwards
Internacional de la Educación
Secretario General