Un nuevo estudio coordinado por CONADU para la Internacional de la Educación analiza las formas en las que la privatización está incursando en la educación superior, la amenaza que supone para los sistemas educativos, y las opciones para la resistencia desde el sindicalismo.
Titulado Tendencias de privatización y mercantilización de la educación en América Latina: los casos de Argentina, Chile, Perú y República Dominicana, el informe presenta los primeros resultados de una investigación en curso que se irá desarrollando en los próximos meses. El informe, se presenta hoy en un acto público en la Universidad Nacional de Quilmes con la presencia de líderes sindicales y personalidades académicas, muestra los efectos de un doble proceso sobre la educación superior: en América Latina la educación superior se ha convertido en un objetivo para las empresas con ánimo de lucro al tiempo que se está produciendo una regresión del financiamiento público. Este proceso, concluye el estudio, está transformando la educación en un servicio comercializable, haciéndole perder su carácter de derecho, y promoviendo procesos en los que no solamente el acceso sino la calidad de la educación se resienten.
Guerra de posición
El informe analiza el fenómeno de lo que denomina “hiperprivatización” en la región, ya que se da una de las cuotas de privatización más altas del mundo en materia universitaria, junto a Asia meridional. El 55% de la matrícula se sitúa en el sector privado, frente al 13% que encontramos en Europa. Esto resulta en un mayor peso del sector privado en cantidad de estudiantes respecto del sector público. En algunos países, la matrícula estudiantil en el sector privado alcanza o supera el 70%, como sucede en Perú, Puerto Rico, El Salvador y Chile. Más del 70% de las universidades pertenecen al sector privado en la mayoría de los países. Dos de cada tres universidades en América Latina son privadas.
Orígenes
La combinación de unincremento de la demanda y reducción de los recursos en el sector estarían en la base de este fenómeno, según concluye el estudio. Muchas universidades públicas deben autofinanciarse en forma parcial o completa a través de cuotas o la venta de servicios. En algunos casos, como sucede en Chile o en Perú, estos recursos se vuelven imprescindibles para el sostenimiento de las propias instituciones.
La expansión de las universidades privadas de bajo costo ha conducido a que las instituciones privadas tradicionales sean consideradas semejantes a las universidades públicas. Con una distinción cada vez menor en la financiación del Estado hacia uno y otro tipo de instituciones, ambos tipos han desarrollado un estatus similar en la sociedad.
Expansión del poder
Alexpandirse y ganar terreno, las instituciones privadas han ido adquiriendo un mayor peso en la definición de las políticas públicas. El estudio desvela una relación entre actores protagónicos de las universidades privadas y el poder político. En República Dominicana por ejemplo se han creado asociaciones de universidades para tener más representantes en las agencias que regulan la educación superior; en Perú, hay relación directa con congresistas a partir de las fuentes de recursos que la universidad representa; en todos los casos estudiados, hay integración en ámbitos ministeriales o en algunas agencias de acreditación y evaluación. Existen universidades privadas de élite que forman a quienes luego ocupan cargos de alto rango y generan vasos comunicantes con los gobiernos que les garantizan capacidad de lobby.
Luchas y desafíos
El estudio incluye un llamamiento a la acción urgente por parte de los agentes sociales, sobre todo de los trabajadores/as de la educación organizados sindicalmente. “Lo que está en juego no es el sistema universitario en sí mismo, sino su rol en la construcción de hegemonía y su enorme capacidad de incidencia en la política pública”, aclaran los autores.
El informe completo puede descargarse aquí https://go.ei-ie.org/GRAmericaLatina
El resumen puede descargarse aquí https://go.ei-ie.org/GRALSummary