Conforme cada vez más refugiados intentan ponerse a salvo de los conflictos, la persecución y las catástrofes naturales a menudo provocadas por el cambio climático, la Internacional de la Educación pone de relieve el drama de los niños y educadores desplazados en todo el mundo.
Según las Naciones Unidas, la cantidad de niños, mujeres y hombres que se vieron forzados a desplazarse se elevó a 70,8 millones a finales de 2018, la cifra más alta de los últimos setenta años.«Nadie abandona su hogar a no ser que lo estén atacando», dijo David Edwards, secretario general de la Internacional de la Educación (IE). «Estamos del lado de todas las personas que tienen que huir de su hogar», continuó.
Edwards se pronunciaba así en una protesta realizada en Ginebra, Suiza, a principios de semana en colaboración con la Internacional de los Servicios Públicos (ISP) y la Federación Norteamericana de Maestros (AFT). La protesta se celebró para apoyar una denuncia presentada ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre la política de detención de inmigrantes del Gobierno de los Estados Unidos. Según la IE, la AFT y la ISP, esta política es una violación grave de los derechos humanos de los niños solicitantes de asilo y migrantes (véase la petición).
En una entrada de un blog que se ha publicado hoy, Edwards dijo: «Las políticas que ponen en el punto de mira a los migrantes y los refugiados se han concebido para incitar miedo y generar división. Hay países enteros sufriendo. Sin embargo, las políticas de odio alcanzan su expresión más cruel cuando quienes pagan el precio son los más indefensos: los niños».
Los países no actúan
Pese al consenso internacional de que la detención de inmigrantes nunca redunda en el interés superior de los niños y de que es una medida a la que no se debe recurrir, muchos de los países que han ratificado la Convención sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas siguen aplicándola a niños y familias. La IE condena con firmeza estas políticas que impiden que los niños ejerzan sus derechos fundamentales, incluido su derecho a la educación, y que les niegan el acceso a entornos saludables, seguros y favorables.
En su calidad de federación sindical internacional que representa a los profesores y al personal de la enseñanza en todo el mundo, la IE también celebra hoy la resiliencia de los educadores desplazados internacionalmente que luchan para ser reconocidos e incluidos en los sistemas educativos de los países de acogida. La IE insta a las autoridades educativas nacionales a que adopten medidas concretas a este respecto.
Integración de los educadores desplazados
Hasta la fecha, son muy pocos los países que han adoptado políticas o medidas para facilitar la integración como personal docente de profesores formados que son refugiados y extranjeros. Este hecho se produce pese a las pruebas que demuestran los beneficios de un personal docente diverso para el conjunto del alumnado y del sistema educativo. Además, sigue produciéndose en un contexto de enorme carencia de docentes cualificados, sobre todo en los países que acogen a grandes cantidades de población desplazada.
En este sentido se pronunció Brhan Al-Zoabi, un profesor sirio que organiza a educadores refugiados en la organización afiliada a la IE GewerkschaftErziehungundWissenschaft (GEW) en Sajonia, Alemania. «Os faltan profesores y nosotros somos profesores. Vosotros nos ayudáis y nosotros os ayudamos», dijo en un podcast publicado hoy en Ed Voices de la IE.
Destacando la perspectiva del sindicato de profesores sueco sobre el enfoque que da ese país al reconocimiento y la recapacitación de los profesores formados extranjeros, Patrik Ribe de Lärarförbundetdijo: «Los profesores con una trayectoria en otros países suelen tener mucho que aportar (…) por lo que respecta a conocimientos, experiencia y perspectivas nuevas. (…) Todos los profesores recién llegados deberían contar con las condiciones adecuadas para seguir ejerciendo su profesión en el nuevo país en el que viven».
Compromiso renovado
El Día Mundial del Refugiado, los sindicatos de educación del mundo se unen con un compromiso renovado con los derechos de todos los pueblos desplazados y, en especial, los niños y los estudiantes, los profesores, el personal de apoyo educativo, los investigadores y los sindicalistas en el ámbito de la educación. Sigue aumentando el número de organizaciones afiliadas a la IE que han avanzado en su compromiso y que han desarrollado políticas y programas para respaldar los derechos humanos y sindicales de las personas en tránsito. La IE ha elaborado recientemente un manual que recopila ejemplos de prácticas sobre el terreno para apoyar los esfuerzos de los sindicatos, los educadores y las comunidades escolares destinados a integrar a los refugiados y los migrantes en la educación y a través de esta. Las organizaciones de docentes seguirán tomando la iniciativa en sus países y comunidades locales a la hora de garantizar el derecho a la educación a los recién llegados, que esta educación sea inclusiva y que las funciones de todo el personal educativo, también entre las personas desplazadas, se reconozcan, valoren y recompensen.