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Canadá: la inseguridad de los contratos académicos es una «importante fuente de estrés»

publicado 6 septiembre 2018 actualizado 17 septiembre 2018
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Según un estudio llevado a cabo por la Asociación Canadiense de Docentes Universitarios, la mayor parte del personal académico contratado en las universidades y en las escuelas de estudios superiores canadienses no tiene contratos temporales por elección propia y la precariedad laboral es una importante fuente de estrés

En un estudio llevado a cabo por la Asociación Canadiense de Docentes Universitarios (Canadian Association of University Teachers, CAUT) para el que se entrevistó a 2606 académicos y académicas, el 69% afirmó que la naturaleza misma de su trabajo es una fuente de estrés considerable, y el 52% declaró que afecta a su capacidad para hacer planes a largo plazo como tener hijos o comprar una vivienda.

Resultados del estudio de la CAUT sobre el personal académico contratado

El estudio Out of the shadows: Experiences of contract academic staff(Salir de entre las sombras: experiencias del personal académico contratado), publicado el 4 de septiembre, explica que los contratos temporales de corta duración «desalientan y desmoralizan».

Según este estudio:

  • más de la mitad (el 53%) de las personas entrevistadas preferiría tener un puesto en la universidad basado en la vía de la titularidad o un puesto indefinido a tiempo completo en una escuela de estudios superiores. Sucede lo mismo incluso en el caso del personal académico contratado que cuenta con entre 16 y 20 años de experiencia docente;
  • solamente el 25% afirmó que no preferiría tener un puesto basado en la vía de la titularidad ni un trabajo académico indefinido a tiempo completo. El porcentaje restante no tiene clara su opinión;
  • las mujeres y las minorías raciales del personal académico contratado trabajan más horas por asignatura a la semana que el resto y tienen más probabilidades de vivir en un hogar con ingresos bajos; y
  • dos tercios de las personas entrevistadas afirmaron que «su salud mental se ha visto afectada negativamente por la naturaleza de su empleo» y solamente el 19% de las instituciones en las que trabajan son empleadores modélicos y apoyan el empleo de calidad.

«Hasta ahora no teníamos una imagen clara de cuáles eran las condiciones laborales del personal académico contratado en el país», declaró David Robinson, Director Ejecutivo de la CAUT. Lamentó que «estos resultados revelen que gran parte del personal académico contratado no recibe un salario adecuado, trabaja en exceso y no dispone ni de lejos de los recursos necesarios. Es una imagen funesta para la mayoría de este personal, que a menudo se siente atrapado en una vida de empleo a tiempo parcial o inseguro».

Una amenaza para la libertad de cátedra

Añadió que los resultados muestran que «la gran mayoría del personal docente contratado no la componen pluriempleados que quieren conseguir ingresos adicionales sino profesionales cualificados con estudios superiores cuya principal fuente de ingresos son sus contratos de docencia» para señalar que el aumento del personal docente contratado y de la precariedad laboral en el mundo académico son «una tendencia que mina el proceso de titularidad tradicional y supone una amenaza... para la libertad de cátedra».

El personal docente contratado va en aumento en el sector laboral académico canadiense: el número de docentes universitarios que trabajan a tiempo parcial o parte del curso se incrementó un 79% entre 2005 y 2015. Sin embargo, el número de docentes universitarios a tiempo completo se incrementó solamente un 14% en ese mismo periodo a pesar de que el número de estudiantes aumentó un 28%.

«Las administraciones reemplazan cada vez más a menudo lo que deberían ser empleos fijos a tiempo completo por una amalgama de contratos temporales de corta duración y peor remunerados, y esto es un error», dijo Robinson. «La creciente dependencia de las administraciones del personal académico contratado es injusta para este personal y para los y las estudiantes».

Una tendencia mundial que «crea lugares de trabajo perjudiciales para la salud»

Aunque el estudio se centra en Canadá, Robinson afirmó que cree que los resultados serían similares en otros países dado que la precarización del empleo en la enseñanza superior es «una tendencia más amplia a la que los sindicatos y las asociaciones como la nuestra se enfrentan en todo el mundo».

Enfatizó que «las administraciones de todas las universidades y escuelas de estudios superiores deberían alarmarse a ver estos resultados, puesto que revelan cómo afectan sus prácticas laborales al bienestar de una parte importante del personal académico», avisando de que «los niveles de preocupación por la salud mental que muestra el estudio simplemente no son sostenibles. Estamos creando lugares de trabajo perjudiciales para la salud».

El informe puede descargarse aquí