La secretaria general de mi sindicato, la Irish Federation of University Teachers (Federación Irlandesa de Docentes Universitarios-IFUT, por sus siglas en inglés), es una mujer, Joan Donegan, y ha sido todo un privilegio presenciar su estilo de liderazgo. Es un estilo basado en el ánimo y la motivación, en lugar de utilizar el estilo de dirigir y dar órdenes tradicionalmente adoptado por muchas personas que ocupan puestos directivos. La manera en que ella lidera nuestro sindicato es digna de admiración y los efectos positivos derivados de su estilo particular son múltiples.
Joan es una gran líder, y su género puede formar parte de la explicación. Como mujer, ella ha observado y, probablemente soportado, muchos de los aspectos negativos de ser mujer en empleos dominados por hombres. Nadie le ha regalado un trabajo o un ascenso, cada avance en su progreso profesional se lo ha ganado ella a pulso. Además, los desafíos a los que se enfrentó cuando era una joven asistente administrativa en 1975 y trabajaba en un sindicato general de trabajadores han contribuido en gran medida a transformar a Joan en la líder sindical que es hoy.
En Irlanda, la ley del matrimonio que obligaba a las mujeres a abandonar su empleo cuando contraían matrimonio se mantuvo vigente para los maestros de primaria hasta 1957; y para los funcionarios hasta 1973. A principios de la década de 1970, menos del cinco por ciento de la población activa irlandesa era mujer, y este es el entorno en el que Joan comenzó su vida profesional. Podemos afirmar que el sistema educativo en Irlanda a principios de los años 1970 no estaba orientado a formar a las mujeres para trabajar, y ciertamente no estaba orientado a formar a mujeres líderes sindicales para el futuro. Hace falta ser una persona muy determinada y centrada para adaptarse al sistema e irrumpir en lo que claramente era un mundo de hombres, y luego para destacar y convertirse en la secretaria general de nuestro sindicato.
La dirigente de mi sindicato es mucho más que una profesional: tiene familia, amigos e intereses fuera del trabajo, lo cual es importante para cualquier líder sindical, ya que esto le ofrece una perspectiva alternativa a la visión de la que nosotros, dentro del movimiento, nos rodeamos. Por otra parte, Joan manifiesta un profundo interés por el aprendizaje permanente y la educación continua y actualmente lleva a cabo un doctorado sobre igualdad de género.
Creo firmemente que los desafíos en el mundo laboral, así como en el empleo dentro del movimiento sindical, siguen siendo mayores para las mujeres. Nuestro trabajo con respecto a estos desafíos aún no ha llegado a su fin, pero una mayor participación de las mujeres en puestos de dirección contribuirá a mitigar esos desafíos y, con el tiempo, a eliminarlos por completo.
Apoyo totalmente a la dirigente de mi sindicato y reconozco y celebro las capacidades que aporta a su puesto. En la IFUT, no creemos que "detrás de cada gran hombre haya una gran mujer", nosotros ponemos a las nuestras al frente.
Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.