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Internacional de la educación
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Los/as sindicalistas de la educación celebran los logros sobre el empoderamiento de las mujeres que tantos esfuerzos les han costado

publicado 31 marzo 2017 actualizado 11 abril 2017
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Los compromisos mundiales en favor del empoderamiento económico de las mujeres fueron adoptados por los 163 Estados miembros participantes en la 61ª Sesión de la Comisión de la ONU sobre la Condición de la Mujer, clausurada el pasado 24 de marzo.

El documento final de la 61ª Sesión de la Comisión de la ONU sobre la Condición de la Mujer ( UN CSW61) celebrada en Nueva York (EE. UU.) del 13 al 24 de marzo, titulado Conclusiones acordadas, reconoce explícitamente que el "progreso hacia el empoderamiento económico de las mujeres en el cambiante mundo del trabajo ha sido insuficiente y ha impedido la consecución del pleno potencial de las mujeres y el pleno ejercicio de sus derechos humanos y de sus libertades fundamentales".

Esta declaración coincide plenamente con los resultados del Informe del Grupo de Expertos publicado antes de la CSW61 de la ONU y en el cual se manifestaba que, a pesar de haber logrado ciertos resultados positivos a lo largo de las últimas décadas, "las tendencias y los indicadores de empleo de las mujeres y sus condiciones de trabajo en el mundo laboral cambiante [...] siguen siendo obstinadamente negativos".

Refuerzo de la educación

La Comisión reafirmó el derecho a la educación y al acceso a una "educación de calidad e inclusiva" como factores claves para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas. Las Conclusiones acordadas instan a los gobiernos a proporcionar "un acceso universal a una educación de calidad y garantizar una educación de calidad, inclusiva, equitativa y no discriminatoria".

El documento final abordó la cuestión de la educación con rotundidad. En este sentido, la Comisión relacionó explícitamente el gasto fiscal y una infraestructura sensible con respecto de la cuestión de género para la protección y la asistencia social. Asimismo, se instó a los Estados miembros a "optimizar los gastos fiscales para mantener una protección social y una infraestructura de asistencia sensibles con la cuestión de género, tales como una educación de la primera infancia equitativa, de calidad, accesible y asequible".

La violencia basada en el género en la escuela

La Comisión también destacó la necesidad de garantizar la seguridad de las mujeres y las niñas  durante su trayecto desde y hacia las instalaciones educativas, así como dentro de ellas. La violencia basada en el género en la escuela ( VBGE) ha sido reconocida como uno de los obstáculos más persistentes para la participación de las niñas en la educación (especialmente en la enseñanza secundaria) en diferentes lugares del mundo. La Internacional de la Educación (IE) es un miembro activo del Grupo de Trabajo Mundial para Eliminar la VBGE, establecido conjuntamente por la UNESCO y la Iniciativa de las Naciones Unidas para la Educación de las Niñas (UNGEI). Las organizaciones miembro de la IE del este y del sur de África también han puesto en marcha un programa conjunto de la IE/UNGEI sobre la VGBE, gracias al cual se reforzarán y se mejorará la condición de los sindicatos para que puedan ayudar a acabar con la VGBE en sus respectivos contextos.

Las Conclusiones acordadas destacan, asimismo, que las adolescentes embarazadas y las madres jóvenes son los grupos "más relegados" ya que, en demasiadas ocasiones, se les niega el derecho a la educación. Por tanto, se ha instado a los Estados miembros a diseñar, implementar o revisar las políticas educativas para que las adolescentes embarazadas y las madres jóvenes puedan continuar o puedan volver a la escuela y finalizar sus estudios.

Reconocer los obstáculos estructurales

En la introducción del documento final, se hace referencia a grupos específicos de mujeres y niñas que se enfrentan a una discriminación múltiple e interrelacionada y a obstáculos a su empoderamiento económico, incluidas las mujeres y las niñas de descendencia africana, las mujeres y niñas indígenas, las mujeres y niñas discapacitadas, y las mujeres y niñas migrantes, particularmente las mujeres trabajadoras migrantes. La violencia contra las mujeres y las niñas es otra cuestión estructural clave tratada explícitamente en las Conclusiones acordadas, especialmente por su impacto en el mundo laboral. Además, el documento también reconoce el trabajo de cuidados no remunerados como "un obstáculo estructural para el progreso de las niñas y las mujeres y la finalización de sus estudios.

Acción colectiva

Las Conclusiones acordadas son significativas pero no fue fácil llegar a ellas. Durante la segunda semana de negociaciones, las organizaciones en defensa de los derechos de la mujer y otras organizaciones en favor de la justicia social tuvieron que luchar para conseguir que se escucharan sus voces cuando se intentó limitar el acceso de los delegados y delegadas a los espacios de negociación a los cuales antes siempre habían tenido acceso. Los debates informales entre los representantes del gobierno y de la sociedad civil también se vieron seriamente obstaculizados, y los delegados de la sociedad civil se sintieron incapaces de respaldar adecuadamente el proceso de negociación.

Los cerca de 4.000 activistas que viajaron hasta Nueva York para asegurarse de que los Estados miembros adoptaban las Conclusiones acordadas que harían posible el empoderamiento económico de las mujeres lo antes posible se negaron a dar marcha atrás. En un espacio de 20 horas, cerca de 730 organizaciones apoyaron una carta de protesta que permitió restablecer el acceso a los delegados y delegadas de la sociedad civil.

Estándares de la OIT

Los delegados y delegadas de los Sindicatos Mundiales también se vieron obligados a organizar una acción colectiva durante la segunda semana de negociaciones, después de que varios países intentaran excluir cualquier mención de los estándares de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el documento final. Como respuesta, los Sindicatos Mundiales elaboraron una declaración conjunta que condenaba los intentos por parte de algunos Estados miembros de excluir cualquier referencia a la OIT en las Conclusiones acordadas. El documento final reconoce abiertamente que los estándares y los convenios principales de la OIT son "fundamentales para el empoderamiento económico de las mujeres".

El papel de los sindicatos

También fue necesaria una fuerte movilización para garantizar que el documento incluía una mención explícita sobre los sindicatos. Se les reconoció como instituciones que pueden desempeñar un importante papel a la hora de adoptar algunas de las medidas exigidas por los Estados miembros para promover el empoderamiento económico de las mujeres, así como su papel clave en el diálogo social. Del mismo modo, se reconoció su papel a la hora de abordar las desigualdades económicas persistentes, incluida la brecha de género, y la necesidad de respaldar una colaboración tripartita con vistas a prevenir y eliminar los obstáculos a la igualdad de género y el empoderamiento económico de las mujeres. El documento reconoce también la necesidad de promover y apoyar la participación de las mujeres en los sindicatos y el liderazgo de los sindicatos y las organizaciones de trabajadores y de empleadores.

Abordar temas pendientes

Por primera vez, la Comisión sobre la Condición de la Mujer subrayó la importancia de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de 2008, particularmente para las mujeres y las niñas. Por último, se instó a los Estados miembros a "promover el empoderamiento económico de las mujeres indígenas y garantizar su acceso a una educación de calidad e inclusiva y una participación significativa en la economía a través de la lucha contra las formas de discriminación múltiples e interrelacionadas a las que se enfrentan y los obstáculos, como la violencia, y promover su participación en los procesos de toma de decisiones relevantes a todos los niveles y en todos los ámbitos, a la vez que se respetan y protegen sus saberes tradicionales y ancestrales". Se trata de una inclusión significativa que se analizará más exhaustivamente durante la reunión de la Comisión en 2018, que se centrará en el empoderamiento de las mujeres y las niñas indígenas.