El 6º Congreso Mundial de la IE, reunido en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, del 22 al 26 de julio de 2011:
En vista de las situaciones siguientes:
del rápido deterioro, debido a la crisis financiera global, de las economías de los principales importadores de productos de los países de la región de Asia y el Pacífico, que tiene graves implicaciones para el crecimiento y la estabilidad de las economías de muchos de los países de la misma;
de que se han producido importantes desastres naturales en forma de inundaciones y terremotos en la Región que han supuesto una enorme carga para las economías tanto de los países desarrollados como de los que están en vías de desarrollo;
de que el deterioro de las circunstancias económicas de muchos países de la Región está poniendo en peligro la capacidad de sus gobiernos nacionales para mantener y aumentar la inversión pública en educación, servicios sociales e infraestructuras públicas;
de que las circunstancias económicas de muchas de las familias más pobres está resultando en un aumento del trabajo infantil y en la incidencia del abandono escolar, especialmente en el caso de las niñas;
de que en muchos países de Asia y el Pacífico los niveles de participación en la educación terciaria son relativamente bajos, y se están reduciendo aún más;
de que los avances conseguidos hacia la meta de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y los Objetivos de Educación para Todos de Dakar se están viendo comprometidos y en peligro por los efectos de la crisis económica global y de los desastres naturales;
de que la desregulación y privatización de los servicios públicos, y muy especialmente de la educación, reducen el acceso a esta y aumentan las desigualdades dentro de la sociedad;
de que se están utilizando las circunstancias económicas de muchos países de la Región para justificar diversos ataques sobre los derechos sindicales y reducir los salarios y las pensiones.
Exige que:
las agencias intergubernamentales y las instituciones financieras insistan en que se aumente la inversión en la educación pública y en infraestructuras en los países de la región de Asia y el Pacífico en respuesta a los efectos de la crisis económica global;
las instituciones financieras internacionales apoyen la reconstrucción de los sistemas educativos y de las infraestructuras públicas en los países que hayan quedado devastados por desastres naturales mediante préstamos con bajos tipos de interés y la concesión de ayudas para la inversión pública;
todos los países de la Región den prioridad a la inversión en educación pública como el medio más eficaz para estimular el crecimiento económico y la estabilidad y cohesión sociales;
los gobiernos nacionales reconozcan el valor de asociarse con las organizaciones sindicales para la planificación e implementación de programas de recuperación y desarrollo económicos;
los gobiernos nacionales y las instituciones financieras internacionales dejen de socavar las ya de por sí inadecuadas condiciones de empleo de muchos de los trabajadores de la educación y otros servicios públicos de la Región, considerando esta una medida para restaurar sus economías nacionales.