Voy a ser conciso. Sólo decir que los heroicos profesores y profesoras que murieron valientemente intentando proteger a sus alumnos en la escuela de primaria Sandy Hook en Newtown, CT, y los que sobrevivieron pero se quedaron para proteger a los niños, formaban parte de un sistema escolar cuyos empleados son miembros de la American Federation of Teachers.
Pensémoslo unos minutos. Esos docentes, acusados como ya es costumbre por nuestros políticos de holgazanes y egoístas, de avariciosos incompetentes más preocupados por sus pensiones que por enseñar a nuestros hijos (aunque incluso después de trabajar 10 años la mayoría sigue cobrando menos de 55.000 dólares al año por desempeñar una difícil tarea que incluye al menos entre 12 y 14 horas al día de trabajo, preparación de clases y reuniones con padres), se mantuvieron firmes cuando se vieron enfrentados a un psicótico agresor armado con pistolas semiautomáticas y un rifle de asalto semiautomático, y protegieron a sus alumnos. La directora también, una curtida docente, se mantuvo firme, y por lo que consta, se abalanzó de forma suicida sobre el agresor junto con el psicólogo de la escuela en un vano esfuerzo por derribarlo y acabar con la matanza.
¿Cuántos de nosotros habríamos tenido el valor de plantarnos delante de la puerta de un armario para que un loco armado no encontrase a unos niños escondidos detrás, como hizo la joven docente Vicki Soto de 29 años antes de morir en su intento? ¿Cuántos de nosotros habríamos hecho frente a un hombre armado, conscientes de una muerte segura, para intentar que no siguiera asesinando a más personas? ¿Cuántos nos habríamos escondido en un baño con una clase de niños en lugar de salir corriendo para salvarnos?
Y también: ¿Cuántos políticos de Washington y las capitales del estado y cuántos "investigadores" conservadores de los centros de estudios que tratan a los docentes de sanguijuelas y holgazanes hubiesen demostrado esta valentía en un tiroteo?
Yo creo que muy pocos - si es que hay alguno. Pero según las noticias ningún docente de esta escuela sindicada huyó y abandonó a los niños a su suerte. Todos se quedaron con sus alumnos. También el guardia - sin duda un trabajador sindicado con un salario mísero - que, arriesgando su vida, corrió por todo el edificio alertando a todo el mundo de la presencia del asesino.
Hace sólo un par de semanas, el consejo de la escuela de Newtown, como todos los consejos de las escuelas de este país, estaba considerando la posibilidad de aplicar recortes en el programa de música y de la biblioteca. Pues bien, tanto el bibliotecario como el profesor de música, cuyos puestos estaban a punto de desaparecer, se quedaron con los niños a los que estaban dando clase cuando empezó el ataque.
Pero con la típica actitud de un extendido pensamiento americano, en la sección de debates del periódico local aparecía la respuesta de un hombre a un docente que se oponía a los recortes de 1 millón de dólares planificados por el consejo escolar la pasada primavera:
Usted, como empleado del sector público, no genera NINGÚN beneficio. Todos y cada uno de los céntimos del presupuesto de su empresa del sector público VIENEN de los productores. Es el dinero de otras personas, no el dinero que su organización GANA. Su salario no se basa en el mercado. En momentos de crisis económica, es su salario, no sus beneficios ni su trabajo, lo que corre peligro. Si yo quiero un aumento de sueldo, tengo que demostrar que he contribuido más a los beneficios de la empresa, no se me concede a menos que toda la empresa haya crecido tanto por encima de la línea de mínimos como para aceptarme ese aumento. Usted se encuentra al margen de esta realidad. Su salario solo aumenta. ¿Eso es justo? ¿Especialmente sabiendo que ni siquiera genera los ingresos con los que se le paga un salario en constante aumento?
Algunos de los docentes sindicados de esa escuela "que no generan ingresos", y la directora "que no genera ingresos", acaban de perder sus vidas defendiendo a esos niños. Se ha convertido en algo habitual escuchar que los soldados estadounidenses son héroes, pero tan armados como van, supongo que muchos de ellos estarían de acuerdo conmigo en que no son nada comparados con estas mujeres que, sin ir armadas y sin protección alguna, lo dan todo por sus alumnos de Newtown.
Me pregunto cuántas de las personas de este país, obsesionadas con los impuestos y que menosprecian a los docentes, hubiesen hecho lo mismo...
Este artículo de Dave Lindorff apareció aquí: http://www.thiscantbehappening.net/node/1474. Publicado con el permiso del autor.