La oferta educativa nacional en Francia es tripartita: el servicio público, que educa al 84 por ciento de los alumnos/estudiantes; el sector privado con contrato con el Estado; y el sector privado sin contrato. La enseñanza reglada, desarrollada a partir de finales del siglo XIX, era de inspiración laica. Los primeros educadores encarnaron la visión del servicio público. Fue una imagen que confirió un elevado estatus social a los docentes. Hoy en día la situación es más heterogénea.
Tres visiones conceptuales del Estado y la formación de docentes
Cada modelo de Estado se corresponde con un proyecto de educación y sociedad cuya oferta de formación de docentes refleja las elecciones tomadas en el modelo educativo. Estos modelos de Estado convergen con normativas burocráticas o posburocráticas (Maroy, 2008).
El Estado republicano
El Estado respalda la construcción de una comunidad nacional ante la agitación generada por el desarrollo industrial; la inclusión social parece asequible educando a las generaciones más jóvenes (Durkheim, 1986, 1989). Los colegios de la república del siglo XIX reflejaban la sociedad: las masas, que debían tener acceso a la educación, y la élite.
Esta división quedó reflejada en dos tipos de profesor. Para la educación primaria, se formó a docentes laicos en instituciones que otorgaban una forma estructurada a una identidad profesional fuerte. La institución formativa se inspiró en la escuela.
En la educación secundaria, la formación de docentes era muy precaria; la cultura profesional se basaba en la importancia de los conocimientos especializados que se transmitían. El modelo burocrático del Ministerio Nacional de Educación ejemplifica este tipo de régimen.
El Estado educador
Este es el modelo de democratización basado en el rendimiento de los alumnos y en el desarrollo profesional de los docentes.
El Estado educador nace en la década de 1960. Se convierte en una realidad con el modelo de enseñanza común en 1975 y la Ley de principios generales de 1989. La educación universal obligatoria supuso un cambio decisivo para la profesión docente.
Este modelo, basado en la visión de la cualificación de todos los alumnos, es el producto de un Estado donde las decisiones sobre los planes de estudios, la contratación y la gestión de la carrera de los docentes están muy centralizadas. La formación profesional y esencial de los docentes es impartida a docentes de primaria y secundaria conjuntamente por los mismos establecimientos.
Esto se convierte en la clave de la democratización, ya que garantizar el logro universal significa promover el desarrollo y las habilidades profesionales (Bourdoncle, 1993; Perrenoud, 1999). El modelo profesional se convertirá en la norma tanto en primaria como en secundaria, a pesar de las permanentes diferencias en algunos aspectos de la profesión.
Los docentes tienen bastante libertad de enseñanza en sus aulas y una trayectoria profesional muy predecible. La experiencia profesional y los conocimientos se reconocen.
Este enfoque profesionalizador-democratizador todavía está arraigado en los discursos y expectativas institucionales, a pesar de los retos presentados con la aprobación de la Ley de 2005.
El Estado evaluador
Está vinculado con un enfoque orientado hacia los resultados y la búsqueda de la eficacia educativa a través de la difusión de buenas prácticas.
El estado evaluador está ligado a un modelo regulador nuevo y más flexible basado en la autonomía de los participantes y las instituciones, la toma de decisiones descentralizada, el mayor protagonismo de los usuarios, la diversificación de la oferta de formación, más flexibilidad en las zonas de captación y más libertad en la elección del colegio.
Sin embargo, el Estado no se retira por completo: marca los objetivos del sistema y del control de los planes de estudios, impulsa la toma de decisiones y negocia con las entidades locales (Maroy, 2005).
En este modelo, el desarrollo de un sistema de prestación de servicios más eficiente puede prevalecer sobre el respeto por la vida comunitaria y la voluntad de la población y las preocupaciones educativas. Centrarse en el rendimiento puede provocar una desvinculación de los objetivos finales fijados y estar relacionada con un mayor rechazo de la autonomía profesional de los docentes.
La idea de un docente profesional se diluye con la búsqueda de la eficiencia a través de la aplicación de buenas prácticas identificada y acordada por un grupo cerrado de expertos muy alejados de las prácticas reales de la clase.
Todas las nuevas políticas educativas están enfocadas hacia los proyectos y los resultados y, en relación con las personas, funcionan como compromiso y reflexividad (Boltanski y Chiapello, 1999; Giddens, 1987).
Este modelo aparece hasta cierto punto en algunas recomendaciones de la OCDE, pero también en las del Consejo de la Unión Europea. Pero el sistema educativo francés y el modelo de formación de docentes mantienen sus singulares características.
El desarrollo de una nueva oferta de formación: dos enfoques, dos etapas
La nueva oferta de formación se ha desarrollado desde 2005 utilizando dos enfoques (profesionalizador y responsabilizador) y en dos etapas (impulso y aplicación local). Las decisiones sobre la formación inicial de los jóvenes docentes, aunque notablemente secundarias y de corta duración, sí que influyen en los tiempos, el contenido, los participantes y dónde tiene lugar la formación y la evaluación.
El impulso de la reforma de 2009: enfoque profesionalizador y enfoque responsabilizador
El impulso visible vino del Ministro de Educación, Luc Chatel, y el anuncio de la reforma provocó una oposición generalizada.
Los argumentos con que el gobierno central justificó los cambios se basaban en dos enfoques: el de las habilidades y el del rendimiento (Bernstein, 2007). El discurso político buscaba sus referentes no solo en los programas europeos y en los expertos nacionales e internacionales, sino también en la crítica social.
El planteamiento del desarrollo profesional de los docentes está vinculado a un modelo basado en las habilidades y en la lógica de valores...
Este enfoque profesionalizador en Francia está ligado al modelo de desarrollo profesional que surgió del trabajo realizado en la conferencia de Amiens de 1968, seguida de la comisión Bancel en el marco de la Ley de 1989. Refleja un consenso sobre dos cuestiones: los permisos de estudios para los docentes y el modelo profesional reflexivo.
La elaboración en 2006 de unas especificaciones sobre las diez habilidades profesionales puede considerarse como el reconocimiento de esta profesionalización. Sin embargo, el enfoque profesionalizador no es interpretado de igual manera por todos los actores del sistema educativo. Su significado varía según se combine, bien con el modelo de estado educador, bien con el evaluador.
... frente a un enfoque responsabilizador y a un sistema de prestación de servicios
El modo en que ha cambiado la financiación de la formación de docentes da una idea de los progresos realizados en el trabajo. En el modelo de Estado educador, el Estado se ocupaba de la formación inicial de los docentes a través de los institutos universitarios de formación de docentes de secundaria y de la formación en el trabajo. Ambas reformas forman parte claramente del enfoque responsabilizador.
El día obligatorio de formación semanal para que los docentes faciliten el trabajo de los directores es un paso hacia la solución de una cuestión que está pendiente desde hace más de una década. El Ministerio de Educación consiguió cuadrar dos objetivos aparentemente conflictivos: la mejora de las condiciones laborales de los directores y la aplicación de una reforma sin costes adicionales. Al hacerlo, puso a todos los estudiantes y a todo el sector de la formación bajo presión.
La supresión por parte del Gobierno de los puestos de alumnos-docentes del presupuesto de 2010 le ahorró 5.000 puestos equivalentes a tiempo completo.
La justificación según el enfoque responsabilizador siempre se relaciona con un argumento basado en el enfoque profesionalizador obtenido de las críticas sociales, que son a menudo inconsistentes y dan lugar a una formación que está desvinculada del modelo profesional reflexivo.
El resultado es un modelo de formación basado en el dominio de los conocimientos académicos que está completamente alejado del conocimiento de cómo enseñar, que se ha convertido en innecesario desde el momento en que la formación se basa en buenas prácticas seleccionadas por expertos.
La profesión docente en Francia: un futuro incierto
La reforma de 2009 impuesta por el gobierno ha provocado una situación crítica. A los nuevos docentes sin una formación profesional adecuada se les han asignado, desde el comienzo del curso escolar 2010, clases a tiempo completo. Los más afortunados reciben unas horas de formación aprendiendo de sus compañeros fuera del horario laboral.
El cambio de gobierno en 2012 podría dar paso a un cambio de planteamiento. Esto se comprobará a principios de 2013 con la aprobación de la legislación sobre «la vuelta a los fundamentos educativos» y sobre enseñanza superior e investigación.
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Página web de SNESUP-FSU: http://www.snesup.fr