Jefes de estado y de gobierno se reunieron con organizaciones internacionales, sociedad civil, sindicatos y sector privado en Nueva York, entre el 20 y el 22 de septiembre, para verificar los avances realizados en aras de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) de la ONU.
La IE estuvo representada en la cumbre por su presidenta, Susan Hopgood, y Assibi Napoe, coordinadora regional principal de la IE para África, que también presidió la Campaña Mundial por la Educación (CME), de la cual la IE es miembro fundadora. La CME convocó a una reunión de líderes en la cumbre para diseñar estrategias para alcanzar el objetivo de acceso universal a la escolaridad básica para el año 2015. Señaló que los países pobres deberían gastar el 20 por ciento de su presupuesto nacional en educación, suprimir matrículas y contratar 1,9 millones más de docentes para que todos los niños tuvieran acceso a la educación. El presidente de la CME, Kailash Satyarthi, declaró: "El argumento para dar prioridad a la educación está claro. Si los científicos pueden modificar genéticamente los alimentos y la NASA puede enviar misiones a Marte, los políticos deben poder encontrar recursos para hacer que millones de niños y niñas vayan a la escuela y cambien la suerte de una generación". En su declaración final, los jefes de estado y de gobierno reconocieron que "lograr la igualdad de género y dar autonomía a la mujer es un objetivo de desarrollo clave y un medio importante para lograr todos los ODM", y recibieron con beneplácito la creación de la entidad ONU Mujeres comprometiéndose a colaborar con su trabajo. Los líderes también se comprometieron a acelerar los avances hacia el logro del segundo ODM, esto es, "el cumplimiento del derecho que todos tienen a la educación". También se comprometieron a lograr el tercer ODM, "garantizando el acceso a la educación y a la escolaridad exitosa de las niñas al eliminar las barreras y ampliar el apoyo para su educación". En efecto, cada uno de los ODM sólo puede cumplirse a través de mejoras significativas en el campo de la igualdad de género y los derechos de la mujer. Tal como informó el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer en 2008, "la autonomía de las mujeres no es una meta independiente. Es el impulsor de esfuerzos para erradicar la pobreza y el hambre extremas, lograr la educación primaria universal, reducir la mortalidad materno-infantil y luchar contra graves enfermedades como el VIH, el SIDA y la malaria. La autonomía y capacitación de la mujer también impulsa una administración ambiental sólida y es fundamental para garantizar que la ayuda de desarrollo llegue a los más pobres, haciendo que la mujer forme parte de la planificación de reducción de la pobreza a nivel nacional y de la asignación de recursos".
Por Claude Carroué