La recuperación económica mundial va a necesitar que se reafirmen nuestros valores esenciales: el derecho de los trabajadores y trabajadoras a asociarse, a ser representados por sindicatos independientes, a construir un futuro decente para ellos y sus familias. Este mensaje fue el eje central del discurso que el secretario general de la IE, Fred van Leeuwen, pronunció durante la Conferencia Internacional del Trabajo celebrada en Ginebra esta semana.
Conferencia Internacional del Trabajo Declaración en el debate general Por Fred van Leeuwen, Internacional de la Educación Ginebra, 11 de junio de 2009
Nos reunimos en un momento en el que la locura ha hecho peligrar el bienestar de todos. Las instituciones financieras que creíamos sólidas como rocas tenían, al final, los cimientos de barro. Ahora, los contribuyentes de la próxima generación tendrán que pagar el precio de los planes de rescate masivos.
La OIT había avisado de los riesgos de una globalización no regulada e hizo un llamamiento para pedir una dimensión social y trabajo decente para todos. Los integrantes clave de la OIT, los sindicatos, también lanzaron advertencias que fueron ignoradas.
La Internacional de la Educación celebra la petición del G20 de que la OIT controle el nivel de empleo en cada país, de la misma forma que el FMI controla el rendimiento económico. Este es el desafío. La OIT debe tener suficientes recursos para llevar a cabo la tarea: y también poder contar con el apoyo político, de los gobiernos, sindicatos y empleadores. El empleo y el trabajo decente, como base de una demanda de los consumidores saludable, son factores clave de la recuperación.
La recuperación internacional también va a requerir la reafirmación de nuestros valores fundamentales: el derecho de los trabajadores a sindicarse, a ser representados por sindicatos independientes, a construir un futuro decente para ellos y sus familias.
La educación está en el centro de estos esfuerzos realizados por los hombres y mujeres de a pie en todo el mundo para construir su futuros. Antes de la crisis sabíamos que la educación y la formación profesional eran importantes. Ahora y en el futuro próximo es incluso más vital. Más que nunca, debemos invertir en las personas. Como las compañías reducen su tamaño, tienen que aumentar el nivel de aptitudes.
La educación superior y la investigación están muy afectadas por la escasez de fuentes de financiación privadas, y los gobiernos tendrán que encontrar los recursos para mantener la innovación. La educación primaria y secundaria se enfrentará a restricciones por el declive de los ingresos del sector público. No podemos permitir que la educación de los jóvenes se sacrifique. Estamos muy preocupados por la caída del flujo de capital y de ayuda a los países en desarrollo, que amenazan el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, especialmente en lo que se refiere a la Educación para Todos.
Mañana se celebra el Día mundial contra el trabajo infantil. Se ha progresado considerablemente en la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, y en escolarizar a millones de niños más. Pero sigue habiendo demasiados lugares donde el trabajo infantil es aceptado socialmente. En Asia central, donde se fuerza a los niños a dejar la escuelas para trabajar en los algodonales. En Asia meridional y África, donde los niños trabajan en fábricas o en la calles. Y en casas de todo el mundo, en las que las niñas trabajan muy duro en las tareas domésticas.
Nuestra mayor preocupación en cualquier lugar es el incremento del desempleo entre los adultos, además del impacto de la emigración de antes y la actual. En tiempos de crisis se convierte en una mezcla explosiva lista para estallar.
Esta es la razón por la que el mandato de la OIT de construir la paz a través de la justicia social es de vital importancia. Se está poniendo una presión límite a la cohesión social. Las consecuencias de la extensión de la crisis son impredecibles, pero probablemente serán devastadoras.
La educación es fundamental en la tarea de recuperación y reconstrucción. La educación es parte de la solución, debemos invertir en las personas que trabajan en la educación y la formación: los docentes y otros empleados del sector educativo.
Durante más de tres décadas el Comité mixto OIT/UNESCO de expertos sobre la aplicación de las recomendaciones relativas al personal docente (CEART) ha informado de un declive en las condiciones de trabajo de los docentes. Ha llegado el momento de invertir la tendencia actual: volver a invertir en docentes de calidad para una enseñanza de calidad.
La OIT está haciendo una importante contribución trabajando actualmente en una serie de herramientas de recursos humanos sobre buenas prácticas para la profesión docente, basadas en las recomendaciones OIT/UNESCO y en las normas internacionales de trabajo. Solicitamos a los empleadores públicos y privados que colaboren estrechamente con la OIT y con la IE y sus afiliadas, en la validación de esta serie de herramientas, para que sean realmente de gran utilidad para todas las partes interesadas en todo el mundo.
El próximo año, la OIT continuará con acciones más concretas convocando un Foro de diálogo global sobre educación y formación profesional, que no podría haberse convocado en mejor momento.
La mayoría de las personas que trabajan en la educación son mujeres. El trabajo de esta conferencia sobre igualdad de género es de una importancia fundamental para promover una sociedad más justa y equitativa. Un estudio de la OIT sobre educación de la primera infancia tratará las condiciones de trabajo en un sector en el que las cuestiones de equidad entre hombres y mujeres son centrales, mientras se resuelven cuestiones más amplias de equidad socioeconómica a través del acceso a la educación desde los primeros años
Entre todos estos asuntos, vuelvo a la cuestión de los valores. Existen todavía demasiados lugares en el mundo donde se violan los valores clave de esta organización. La libre elección de afiliarse a un sindicato sin intimidación es un derecho fundamental, en todos los países, tanto en el sector público como privado. Por esta razón, la Internacional de la Educación apoya la Ley de libre opción del empleado en los EE.UU., que protegerá a los trabajadores americanos y enviará un mensaje contundente a los empleadores de todo el mundo de que la violación de los derechos de los trabajadores es inaceptable en el siglo XXI.
Hemos presentado casos, demasiados, ante el Comité para la libertad de asociación. Me he sentado en la acera en Corea con un líder sindical en huelga de hambre. Me he reunido con líderes sindicales etíopes entregados a su trabajo cuyos bienes habían sido embargados y donados a un sindicato respaldado por el gobierno. De Camboya a Colombia, los líderes sindicales están pagando el precio más alto por su dedicación. ¡Gritamos, basta ya! Ahora más que nunca, ha llegado el momento de reconstruir las economías destrozadas y las vidas rotas a través de la justicia social. Gracias.