Los sindicatos de docentes piden calma a la comunidad de Vuwani tras los incendios provocados en varias escuelas de la región nordeste del país que han dejado a más de 26.000 estudiantes en un limbo, en medio de una creciente violencia.
En respuesta a la fusión de dos pueblos, los habitantes de Vuwani, en la provincia sudafricana de Limpopo, situada a unos 500 km al norte de Johannesburgo, han prendido fuego a 23 escuelas y destruido otras cuatro para provocar un parón en el sistema educativo de la zona.
"Es impensable que mientras nosotros participamos en campañas para pedir que se construyan y se mejoren las escuelas otras personas decidan quemar las pocas escuelas que tenemos y que eran nuestra esperanza para el desarrollo de nuestras comunidades y nuestra sociedad", ha declarado el secretariado del South African Democrativa Teachers' Union (SADTU), de la provincia de Limpopo. "Instamos a la comunidad de Vuwani a que utilice otros medios pacíficos para promover las demandas de su comunidad".
A pesar de que Zuma, el presidente de Sudáfrica, ha condenado los hechos, los protestantes se niegan a dar marcha atrás hasta que el gobierno revoque su decisión.
Tal como ha declarado Anthea Cereseto, Presidenta de la National Professional Teachers’ Organisation of South Africa, "destruir los medios educativos y las esperanzas que tenemos de un futuro mejor para un número significativo de niños es uno de los actos más aberrantes que existen". "La violencia y la destrucción no solucionan problemas, por muy legítima que sea la causa", dijo.
Los dos sindicatos piden al Departamento de Educación de Limpopo que actúe rápidamente para evitar más daños e interrupciones en el curso escolar.