Por primera vez desde que los Objetivos fueron aprobados el pasado mes de septiembre, la ONU reunió a los estados miembros, organizaciones de la sociedad civil y líderes empresariales con el fin de crear asociaciones “fructíferas y eficaces” destinadas a alcanzar los 17 Objetivos para el año 2030.
En sus observaciones preliminares, el Presidente de la Asamblea de la ONU, el Sr. Mogens Lykketoft, dijo que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ofrecen a la comunidad internacional una nueva oportunidad para crear un mundo mejor y más justo que los estados miembros no pueden desperdiciar y que es necesario actuar.
La premio Nobel Leymah Ghowee, de Liberia, describió los ODS como “un nuevo contrato social para el planeta, vinculante para todos”. Subrayó la responsabilidad de los gobiernos de entablar un diálogo con todas las partes interesadas y de implicar a las comunidades.
En la reunión se discutió la necesidad de una mayor cooperación internacional en asuntos fiscales y financieros. El Sr. Mogens Lykketoft, ex ministro de finanzas de Dinamarca, dijo que en vista de los recientes escándalos de fraude y evasión fiscales, los países son menos reacios que antes a mejorar la cooperación internacional en materia de desafíos fiscales.
Jeffrey Sachs, director del Instituto de la Tierra y renombrado economista de la Universidad de Columbia, anunció buenas noticias: “Tenemos suficiente dinero en el mundo. Es una cuestión de elección. Veamos dónde queremos invertir”. La cuestión es cómo hacer que los billones de dólares que circulan en el sector privado se destinen a los ODS, afirmó Sachs. Recomendó a los países de bajos ingresos que no acepten que las naciones ricas les digan que no tienen dinero.
El Secretario General de la Internacional de la Educación, Fred van Leeuwen, que asistió al evento de la ONU, cree que la Alianza Mundial por la Educación (AME), que reúne a todas las partes interesadas – los gobiernos, las organizaciones de la sociedad civil, los sindicatos de la educación y el sector privado – para recaudar y distribuir los fondos destinados a la educación y supervisar los programas educativos, representa un modelo que también puede funcionar para otros ODS.
Algunos líderes empresariales dijeron que para conseguir que las sociedades se comprometan en la aplicación de los ODS, este compromiso debería resultar “comercialmente atractivo”. En uno de los grupos de discusión, el director de la Sociedad para el Desarrollo Internacional (SID, siglas en inglés), Stefan Prato, señaló que “mientras los derechos de los inversores prevalezcan sobre los derechos humanos, debemos ser reticentes a abrir el ámbito público a la actividad comercial.
La Internacional de la Educación comparte la preocupación de la SID, según Van Leeuwen. “Estamos totalmente a favor de las asociaciones que aceleraren la consecución del ODS 4 (“Una educación de calidad”). Sin embargo, la educación debe ser gratuita y debe estar financiada con fondos públicos. La educación es un derecho individual y colectivo. Los derechos solo pueden ser garantizados por los gobiernos. Esta responsabilidad nunca puede ser delegada al mercado”.