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Internacional de la educación
Internacional de la educación

En una Siria devastada por la guerra, la financiación de la educación es la única esperanza para los niños que no están escolarizados

publicado 4 febrero 2016 actualizado 5 febrero 2016
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Durante los cinco años transcurridos desde el inicio del conflicto sirio, 2,1 millones de niños han perdido sus escuelas, mientras que otros 700 mil están luchando en el extranjero como refugiados sin tener acceso a la educación.

Antes de que empezara la crisis en Siria, el estado proporcionaba 12 años de educación gratuita, por lo que casi todos los niños sirios en edad de asistir a la escuela primaria estaban escolarizados y dos tercios de los jóvenes de 12 a 17 años estaban matriculados en la enseñanza secundaria. Hoy en día, 2,1 millones de niños en Siria no asisten a la escuela, mientras que otros 1,4 millones de niños sirios refugiados en edad escolar viven en Turquía, Jordania, Líbano, Irak y Egipto; casi 700.000 de estos niños no están escolarizados y se están quedando aún más rezagados con cada año que pasa.

La falta de educación también ha dado lugar a un aumento del trabajo y del matrimonio infantil dado que las familias sirias luchan para poder subsistir y proporcionar a sus hijas la seguridad que la guerra les ha arrebatado.

Hay que evitar una generación perdida

El Fondo Malala, creado por la ganadora del Premio Nobel de la Paz Malala Yousafzai, ha publicado el informe'#Notlost – claiming Syria’s future’ (#No están perdidos – reclamemos el futuro de Siria) sobre el impacto de la guerra y la crisis de los refugiados en la educación en Siria. El estudio pone de relieve cómo dentro de poco será demasiado tarde para invertir las consecuencias de años de escolarización perdida, ya que muchos niños que huyeron del conflicto carecen de toda su educación secundaria.

En el informe se hace hincapié en que, si bien se prosiguen los esfuerzos para encontrar una solución política al conflicto, la mejor esperanza para el futuro de Siria es invertir en los jóvenes sirios. A pesar de ello, la diferencia existente entre la financiación requerida y la financiación recibida para la educación en Siria aumenta cada año. En 2015, los donantes aportaron solamente el 37% de la financiación necesaria para la educación.

Una cuestión de voluntad política

Los gobiernos de la región están abriendo sus puertas y sus escuelas a los niños sirios, y están asumiendo también una gran parte de los costes, puesto que los donantes – algunos de los países más ricos del mundo – no cumplen sus promesas. El informe advierte de que si en los próximos tres años no aumenta la financiación, los gobiernos de la región no podrán realizar los cambios políticos necesarios para mantener y ampliar su apoyo a los niños sirios refugiados.

El informe afirma que el reto es alcanzable si existe voluntad política, se cuenta con una financiación adecuada y se producen cambios políticos drásticos. El documento pone un énfasis especial en la financiación que se requiere para respaldar la educación de los niños sirios dentro y fuera de Siria y en las medidas futuras necesarias que deben adoptar los gobiernos de Turquía, Jordania, Líbano, Irak y  Egipto para que todos los niños sirios refugiados asistan a la escuela y reciban educación.

El Fondo insta a los donantes mundiales y a los gobiernos de la región a garantizar que todos los niños sirios afectados por el conflicto tengan acceso a una educación de calidad en el año académico 2016/2017 y en adelante. El fondo ha estimado el coste en 1,4 mil millones de dólares estadounidenses al año – 1 dólar estadounidense por niño al día.