El sindicato de docentes Opetusalan Ammattijärjestö se unió a más de 30.000 trabajadores de todos los sectores en la manifestación que tuvo lugar en Helsinki, Finlandia, contra las leyes antisindicales planificadas por el gobierno y en defensa del derecho de negociación colectiva.
Bajo una lluvia torrencial, el pasado 18 de septiembre los trabajadores de las tres centrales sindicales nacionales de Finlandia, SAK, STTK y AKAVA, llevaron a cabo huelgas y manifestaciones para mostrar su oposición al ataque legislativo contra el derecho de negociación colectiva propuesto por el nuevo gobierno de coalición. Además de las manifestaciones en la capital, unos 300.000 trabajadores realizaron paros laborales y los sindicatos llevaron a cabo manifestaciones locales en todo el país.
Ésta era la primera vez en veinte años que tenía lugar en Finlandia una movilización masiva, dado que en este país los sindicatos y los empleadores tienen una larga tradición de solución de diferencias a través de la negociación. Los sindicatos han tenido derecho a negociar los convenios colectivos durante mucho tiempo y el derecho a la negociación ha sido “sagrado” en la sociedad finlandesa.
El Presidente de Opetusalan Ammattijärjestö(OAJ) y el Vicepresidente de AKAVA, Olli Luukkainen, destacaron que los miembros de OAJ, el mayor sindicato de AKAVA, estuvieron en la primera línea de la manifestación defendiendo el derecho a la negociación y exigiendo también que el gobierno detenga los recortes en el presupuesto destinado a la educación.
Esta manifestación no iba en contra de los empresarios, porque todos los acuerdos entre los sindicatos y los empresarios siguen siendo válidos, dijo. Señaló que se trataba de una gran defensa del derecho de negociación colectiva, no de una huelga. En estos momentos, el primer objetivo de los sindicatos es defender el derecho a la negociación, dijo, subrayando que todos los empleados, a través de sus sindicatos, deberían disfrutar del derecho a negociar su horario laboral, sus salarios y sus vacaciones.
Hay varios acuerdos en el sector de la educación, dado que los docentes trabajan fundamentalmente en el sector de la administración local y son pagados principalmente por los municipios. Tienen diferentes acuerdos y los sueldos dependen del sector o del nivel de educación.
Finlandia celebró elecciones parlamentarias el pasado mes de abril y el partido de la C oalición Nacional, el partido de los Verdaderos Finlandeses y el partido del Centro, todos ellos partidos de derecha, establecieron un nuevo gobierno, que emitió su programa en el mes de junio. Este programa fijó unos fuertes recortes en el presupuesto destinado a la educación, así como en el presupuesto en materia de cooperación para el desarrollo.
El gobierno también decidió que, debido a la debilidad de su economía nacional, Finlandia necesitaba un “acuerdo social” especial. El objetivo del acuerdo era reducir los costes laborales en un 5%. El gobierno anunció además que si no se conseguía llegar a un acuerdo con los sindicatos y los empleadores sobre esta cuestión, habría más recortes en el sector público. El gobierno pidió también que todas las federaciones sindicales y los sindicatos aceptaran este amplio acuerdo.
Tras un período de negociación bastante breve, este “acuerdo social” no se concretó. Los sindicatos afirman que esta situación no era una verdadera situación de negociación, porque el gobierno había decidido el resultado de antemano. En lugar de ser una verdadera negociación, la situación era más bien un “lo tomas o lo dejas”, de modo que los sindicatos abandonaron la mesa de negociación, dijo Luukkainen.
Así pues, justo después de que los sindicatos hubieran cerrado las puertas de la negociación, el gobierno anunció que, dado que no se había conseguido llegar a un acuerdo social, estaba dispuesto a aprobar una ley que redujera las vacaciones en el sector público y modificara la indemnización salarial pagada por trabajar durante el fin de semana.
“Somos realmente conscientes de la debilidad de la economía de Finlandia”, señaló Luukkainen. “Sin embargo, ésta no es la manera de resolver este tipo de problemas. El plan del gobierno de olvidar el derecho de los sindicatos a negociar es algo que no podemos aceptar de ninguna manera. Además, los planes que el gobierno anunció afectarán principalmente al sector público y a trabajadores tales como los docentes de la educación de la primera infancia y de otras las profesiones predominantemente femeninas. Las mujeres trabajadoras con salarios bajos, como las docentes, no pueden por sí solas mejorar la economía de Finlandia”.
Luukkainen dijo que cuando las personas salen a la calle en defensa de los derechos de los trabajadores consagrados en los convenios de la OIT, “es hora de que nos sentemos todos juntos en la mesa de negociación”.