A menos que surjan cambios inesperados, los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas para después de 2015 incluirán a la educación como objetivo independiente junto con otros ámbitos fundamentales como la pobreza, el hambre y la salud.
Antonia Wulff es Coordinadora de educación y empleo de la Internacional de la Educación en la federación global de sindicatos que reúne a más de 170 países.Fue la encargada de liderar las negociaciones de la IE que dieron lugar a este documento provisional que se finalizará en la Asamblea General de la ONU en septiembre y respondió a estas preguntas cuando, después de intensas reuniones en Nueva York la semana pasada, consiguieron que el documento viera la luz.
P – Los cuatro Objetivos de Desarrollo Sostenible principales son la pobreza, el hambre, la salud y la educación; es todo un logro para los defensores de la educación después del miedo a que esta no se incluyera como objetivo.
R - No creo que estos objetivos deban entenderse con un orden de prioridad, pero también pienso que la comunidad educativa debería estar contentísima con el resultado y con el hecho de que tengamos establecida una programación muy completa.Tenemos mucho más de lo que nos habríamos imaginado; un objetivo amplio con otros siete objetivos menores más tres medios de implementación.Por tanto, podemos decir que contamos con un buen objetivo general que se divide en otros 10.
P -¿Cómo explica este aparente cambio en la situación y el posterior éxito? R - Hay varios motivos.Uno de ellos es que el sistema de la ONU hizo un esfuerzo por ser más inclusivo en esta ocasión.Un pequeño grupo de personas con mucha influencia desarrolló el borrador de los ODM en el edificio de la ONU en Nueva York. Y, esta vez, el sistema de la ONU quería que en el proceso participaran más personas.Así que empezaron a realizar una serie de consultas. La más importante es la encuesta World We Want (El mundo que queremos) en la que millones de personas han indicado sus prioridades, entre las que la educación ocupó un lugar destacado.La educación es una prioridad clara y una necesidad urgente para personas de todo el mundo. El progreso irregular que hemos alcanzado en la consecución de los ODM también nos sirve para demostrar que queda mucho por hacer en cuanto a educación.
P – Parece que hay una relación evidente entre estos resultados y el foco específico de la campaña Únamonos por la Educación pública de la Internacional de la Educación: docentes, herramientas y entornos educativos de calidad
R - Sí, ha tenido una influencia especialmente significativa a la hora de subrayar el matiz de la calidad en el debate educativo y la necesidad de contar con más inversión en educación.Es algo que tenemos que entender como un éxito: el hecho de que la educación se considere educación pública de calidad de manera explícita en las planificaciones. Existe un consenso más amplio en cuanto a la educación que no llega a ser suficiente y tenemos que garantizar una educación de calidad. P –¿Ha notado un cambio en el impacto de la lucha por la educación a lo largo de estos años, un tipo y tono de debate distintos con la unión de sindicatos y otras entidades defensoras de la educación?
R - Sin duda, la IE ha pedido que tenga un papel más importante que nunca en el proceso de la ONU.Hemos visto cómo una serie de filiales daban un paso al frente, exigían y desempeñaban un papel muy activo a la hora de pedir mayores compromisos y respuestas de sus gobiernos.Lo que espero es que hayamos abierto un nuevo camino a la implicación en este nivel.Ha sido increíble ver en este proceso cómo teníamos a una filial concreta que se ponía en contacto con su gobierno en el ámbito nacional y que nuestra organización internacional lograba continuar con las conversaciones con ese mismo gobierno y sus representantes en Nueva York para asegurarse de que las promesas hechas en un marco nacional se mantenían internacionalmente.Este tipo de diálogo tendrá mucha fuerza en términos de implementación y responsabilidad.
P – Una nueva era colaborativa…
R - Sí, también para los miembros de la ONU.Es un ejemplo emocionante que nos muestra lo que podemos conseguir si trabajamos juntos y nos obligamos a pensar más y a lo grande, si vamos más allá de lo que podemos hacer como estados individuales.Es un programa que supone un reto y que presiona a los gobiernos para que den más pasos de los que han dado hasta ahora.También espero que las filiales puedan usar estos programas para presionar a sus gobiernos para que vayan más allá, por ejemplo, en cuestiones como la educación de la primera infancia, un sector cuyas inversiones suelen descuidarse en la mayoría de los países.Y ahora hay una especie de norma internacional establecida que debería animar a todos los gobiernos a reforzar su trabajo.