Puede que no haya actividad académica, pero los miembros del Union of Education Norway quieren asegurarse de que su mensaje contundente se escuche sea cual sea la época.
El descontento y la desconfianza de los y las docentes hacia sus empleadores se sometió a votación la semana pasada, con el rechazo por parte del 73% al acuerdo propuesto, por lo que se creó el marco de la acción laboral en verano.
“Este es un mensaje contundente de los y las docentes a la KS (la asociación noruega de autoridades locales y regionales)”, proclamó Ragnhild Lied, presidente del sindicato de docentes más grande de Noruega. “Ahora vamos a la huelga”.
Está en juego la necesidad de conseguir mejores horarios de trabajo para los y las docentes a fin de garantizar que los y las estudiantes reciben la mejor enseñanza posible. Los y las docentes desean ver una mayor flexibilidad en relación con las horas que trabajan, y envían un mensaje a los políticos y las políticas: la enseñanza no es un trabajo de nueve a cinco. El sindicato ha dicho no a la propuesta de 7 horas y media de trabajo al día, pues alega que no tiene en cuenta las realidades de la educación y que es una señal de la mayor burocratización que está sufriendo la profesión docente.
Desde el sindicato afirman que quieren crear condiciones que motiven a los y las docentes, en vez de que se les impongan medidas y sistemas de evaluación, los cuales les despojan de autonomía profesional.
“Los y las docentes deben poder organizar sus clases de la manera que mejor beneficie a los y las estudiantes”, señaló Fred van Leeuwen, Secretario General de la Internacional de la Educación. “Apoyamos firmemente a los y las docentes noruegos/as en su lucha por tener mayor autonomía y mejores condiciones laborales”.
Desde el 1 de julio, 36 docentes están en huelga en una escuela de Bergen, y se espera que se les unan muchos/as más cuando las escuelas vuelvan a abrir a mediados de agosto. Según encuestas recientes, la mayoría de los noruegos y las noruegas apoyan y comprenden a los y las docentes.