Haciendo uso de la palabra en Berlín, el embajador para la educación mundial obsequió a los delegados sindicales presentes en el Congreso Mundial de la Confederación Sindical Internacional con un apasionado discurso, para hacer hincapié en el importante papel que desempeñan a la hora de desarrollar una educación accesible y de calidad en todo el mundo.
El debate plenario de la mañana sobre enmiendas sindicales quedó momentáneamente suspendido el miércoles para brindar a Gordon Brown, Enviado Especial de la ONU para la Educación Mundial, la oportunidad de reunirse con los sindicatos.
Cargado de emotividad y hablando libremente, sin ningún apunte, el ex Primer Ministro del Reino Unido solicitó al movimiento sindical unirse a la Coalición de Emergencia con la Internacional de la Educación (IE) para conseguir escolarizar a 57 millones de niños, de los cuales 30 millones son niñas.
Ante una sala abarrotada, puso de relieve la importancia de los sindicatos, examinando la tragedia minera en Turquía como un ejemplo del poder que tienen en su mano.
“Los que tengan dudas sobre la solidaridad, y sobre cómo las personas se ayudan mutuamente cuando se ven confrontadas con dificultades, cómo los heridos ayudan a los moribundos... que vean la importancia de la solidaridad que ustedes representan”, dijo, subrayando que esa misma solidaridad es necesaria para garantizar que los docentes y los estudiantes puedan entrar en las aulas sin temor, sintiéndose seguros.
El Secretario General de la Internacional de la Educación, Fred van Leeuwen, que coincidió con Brown en Nigeria para lanzar la Iniciativa por Escuelas Seguras, elogió al Enviado Especial de la ONU por el apoyo que brinda a la IE y por su exclusiva alianza con la organización.
“En nombre de la IE, quiero dar las gracias a Gordon Brown por venir aquí hoy a compartir su pasión con los sindicatos mundiales, para garantizar que ningún niño ni ninguna niña crezca sin una educación de calidad”, dijo van Leeuwen. “Unidos, tenemos la oportunidad de hacer que las cosas cambien de verdad.”
Brown aprovechó el poder de la narración de historias, examinando conflictos anteriores, como el genocidio de Ruanda, y la actual crisis en Nigeria, para demostrar que en muchos casos la educación se convierte en blanco de la violencia.
“Es la pesadilla de todos los padres: que su hijo vaya a la escuela – que debería ser un lugar seguro, un refugio seguro – y no vuelva a casa”, dijo Brown refiriéndose al secuestro de las niñas en el estado de Borno en Nigeria. “La comunidad internacional debe esforzarse más para ayudar al gobierno nigeriano a salvar a estas niñas, a crear escuelas seguras y a garantizar que todas las niñas tenga la oportunidad de ir a la escuela.”
El Enviado Especial de la ONU dijo ante una audiencia de más de 1.500 personas que los sindicatos pueden desempeñar un papel decisivo, no sólo para garantizar que los estudiantes se eduquen en un entorno seguro, sino para que sus profesores puedan trabajar sin miedo a la violencia. Desde 2009, 171 docentes han sido asesinados en Nigeria “porque estaban dando clase a niñas” – un hecho alarmante que ha salido a la luz hace poco.