Dos grandes concentraciones fueron organizadas durante la Cumbre de la Tierra, Río+20, lugar de reunión de líderes políticos mundiales: la “Marcha Mundial de las Mujeres” contra la “falsa economía verde” y la Marcha de la “Cumbre de los Pueblos” del 20 de junio, convocadas por el CUT, la principal central sindical de Brasil.
La IE estuvo representada en estos eventos por activistas de la educación y líderes sindicales, Juçara Dutra Vieira, Vicepresidenta de la IE, y Fatima da Silva, Vicepresidenta del Comité Regional de la IE para América Latina, ambas de la CNTE/Brasil. Fueron ellas quienes presentaron los puntos de vista de la IE respecto a una amplia variedad de cuestiones.
Desafiando a la ONU y a los Gobiernos
Numerosos Jefes de Estado y representantes de Gobiernos reunidos en Río de Janeiro, Brasil, procuraron responder a las grandes expectativas que giraban en torno a este evento histórico, según Dutra Vieira.
El Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, hizo hincapié en que se trataba de una oportunidad para reflexionar sobre el actual modelo de desarrollo, un modelo que no tiene en consideración la perspectiva transversal necesaria para abordar diversas áreas relativas a la existencia de la vida en el planeta, especialmente la vida en sociedad.
La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, resumió los retos actuales en tres palabras: crecer, incluir y proteger. Los miles de millones de seres humanos que habitan el planeta tienen que tener un plan de crecimiento sostenible para los recursos que proporciona la naturaleza.
Este crecimiento sólo tiene sentido si se diseña de tal manera que todos los hombres y mujeres se beneficien del proceso de desarrollo. Por lo tanto, es necesario proteger los recursos naturales y, al mismo tiempo, a las personas más vulnerables excluidas o castigadas por el modelo que se está implementando actualmente.
El rol de la educación
Otro mensaje que transmitió la IE es que el cambio de paradigma que se requiere para el futuro depende de la educación. Efectivamente, si la educación no se centra directamente en el modelo económico, es imposible transformar la realidad. Lo que se necesita hoy en día es rescatar y proteger a la naturaleza, que los valores guíen la interacción entre los individuos así como entre los pueblos.
La IE advirtió a los delegados sobre el hecho de que la persistencia del analfabetismo en diversas regiones del mundo representa una denegación del derecho a la inclusión. Esto obstaculiza simultáneamente la capacidad de las comunidades para promover el desarrollo a niveles que en realidad son compatibles con los avances científicos y tecnológicos.
Lo mismo cabe decir de la denegación del derecho de las mujeres y las niñas a la escolarización y la educación. Igualmente, la devaluación del profesionalismo de los educadores pone en peligro los derechos de las comunidades a una educación de calidad. Por lo tanto la IE observó que no hay respuestas reales y eficientes, ni políticas de envergadura en áreas clave como la educación.
El rol de las mujeres
La crisis generada por el modelo de desarrollo afecta en particular a las mujeres. Las mujeres son las primeras en convertirse en víctimas de la explotación desenfrenada de la naturaleza, del declive y la precarización de los empleos, y de la creciente violencia, ya sea en el hogar o en la sociedad. Las desigualdades de género no se limitan a las mujeres, y guardan relación con un concepto sumamente destructivo de dominación.
Por eso las mujeres están en primera línea en la lucha contra la pobreza, a favor de alimentos de calidad para todos, educación, sanidad y alojamiento, es decir a favor de lo que representa inclusión y calidad de vida para todas y todos.
La necesidad de movilización
Los debates que tuvieron lugar en la Cumbre de Río+20 plantearon cuestiones relacionadas, que deben ser abordadas de inmediato. Se llamó la atención sobre el tema de las emisiones de gases de efecto invernadero y de la explotación de energías no renovables o contaminantes.
Los debates también se centraron en las cadenas de suministro, las cooperativas y las organizaciones solidarias, cuestiones a las que se enfrentan las minorías étnicas, y la necesidad de considerar nuevas tecnologías. En pocas palabras, el acento se puso en la urgencia de superar un modelo centrado en el beneficio, más que en los resultados sociales y el empleo.