La IE da la bienvenida a la declaración emitida por sus afiliados Verband Bildung und Erziehrung (VBE) de Alemania, Gewerkschaft Öffentlicher Dienst (GÖD) de Austria y Dachverband Schweizer Lehrerinnen und Lehrer (LCH) de Suiza.
Esta declaración conjunta, llamada la “Declaración de Zurich”, lamenta que las autoridades nacionales estén planeando, o poniendo ya en práctica, exámenes de rendimiento escolar obligatorios que lleven a la creación de un ranking entre las escuelas. La Declaración de Zurich pone de manifiesto que las clasificaciones llevan a una competición sin sentido, perjudicando más a las escuelas que se encuentran en zonas socialmente desfavorecidas. Los sindicatos, no obstante, apoyan la opción de que los/las docentes y las escuelas se comparen con otros enseñando bajo circunstancias similares. Esto acarrea el uso de instrumentos y recursos apropiados, pero no de clasificaciones. Los resultados de los exámenes de rendimiento escolar deberían ayudar al desarrollo de la escuela, pero no debería dar lugar a “enseñar para el examen”.
Modelos punitivos
La Resolución de la IE sobre el Futuro de la Profesión Docente, adoptada en el 6º Congreso Mundial en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en julio de 2011, apoya esta declaración sindical.
Esta resolución critica el hecho de que “muchos gobiernos y organizaciones internacionales estén, actualmente, centrando su atención en el trabajo de los/las docentes en las aulas y de los/las líderes escolares.
Añade que “la tentación, por parte de algunos gobiernos, es la de adoptar modelos punitivos para evaluar la eficacia de los/las docentes, que incluyen la precariedad en los contratos de éstos, la adopción de incentivos económicos destinados a los/las docentes que consigan altos niveles en el rendimiento de su alumnado en exámenes específicos y en los resultados de éstos, y que van acompañados de la amenaza de despido si no se cumplen objetivos específicos”.
Esto suele ir acompañado “de una apuesta fuerte por evaluaciones institucionales basadas en mediciones reducidas”.
La resolución explica que tales enfoques corroen la confianza y el sentido de eficacia de los/las docentes y minan, en vez de mejorar, los logros de los/las estudiantes”. El documento añade que estos enfoques promueven “la desigualdad en el aula y se centran en los aspectos intelectuales, a costa de la inteligencia emocional y social de los/las estudiantes”.
Celebrar los puntos fuertes En este documento, los/las líderes del sindicato docente mundial expresan su visión de que “la evaluación de las escuelas debería centrarse en elogiar los puntos fuertes y resaltar la titularidad de las comunidades escolares en las mejoras donde éstas hayan sido necesarias.
La evaluación de las escuelas debería fomentar la innovación y la creatividad y debiera pertenecer a las comunidades escolares”.
Además, reconocen que “esta evaluación no debiera dar lugar a una categorización de centros, que diese como resultado una jerarquía o una competición, si no que debiera favorecer un intercambio de métodos positivos entre éstos”.