El profesorado griego se ha sumado a los otros trabajadores del sector público que, procedentes de todo el país, han participado esta semana en la huelga convocada para protestar por las draconianas propuestas de recortes de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional aplicadas por el gobierno.
La Federación griega de docentes de primaria (DOE) y la Federación griega de docentes de centros públicos de secundaria (OLME) tienen prevista otra jornada de paros el 19 de octubre.
En el último año, se han convocado en Grecia una docena de huelgas, tanto en el sector público como en el privado, y varias manifestaciones multitudinarias, la mayoría deslucida por la violencia policial. La chispa la ha encendido el gobierno, empeñado, a base de drásticas medidas, en salir de la crisis de la deuda a la desesperada.
Themis Kotsifakis, secretario general de OLME, declaró lo siguiente: “Exigimos el fin de unas políticas orientadas a reducir en el 25% el nivel de salarios y pensiones, y a recortar un presupuesto de educación que, según se calcula, en 2011 se sitúa en un escaso 2,69% del PIB. Lo que hacen estas medidas es destruir el Estado de bienestar. A pesar de que la culpa de la crisis de la deuda pública no la tienen ni los trabajadores, ni mucho menos los docentes, resulta que les toca sufrir las consecuencias de la austeridad”.
Los dirigentes de la región europea de la IE, el Comité Sindical Europeo de la Educación (CSEE), reunidos en Bruselas con motivo de su sesión anual, expresaron su preocupación por el empeño del Gobierno griego en que los trabajadores carguen con las culpas de la banca.
“El tema está afectando a todos los trabajadores de Grecia —está claro—, pero con especial virulencia a los docentes, que son las primeras víctimas de los recortes de gasto. ¡Así no se va a ninguna parte! La protección social y el diálogo social con los sindicatos son clave para darle un vuelco a la economía griega y plantarle cara a la situación fiscal”, ha aseverado Martin Rømer, director regional del CSEE.