Sindicatos del sector público de Sudáfrica han llevado a cabo una serie de negociaciones con el gobierno para garantizar a los trabajadores un salario decente e indemnizaciones más altas.
La oferta inicial del gobierno, presentada después de las manifestaciones de Pretoria y Ciudad del Cabo, era inaceptable y, el 17 de agosto, los miembros votaron hacer una huelga hasta que se cumplieran sus reivindicaciones.
El comité ejecutivo nacional del South African Democratic Teachers Union (SADTU) ha votado por unanimidad en favor de una huelga general e indefinida sobre los salarios con la detención completa de las actividades a partir del 18 de agosto, después de que sus miembros rechazaran la oferta del gobierno, que proponía 700 rands de indemnización por alojamiento, un 7% de ajuste salarial y el 1 de julio como fecha de entrada en vigor. Los miembros de SADTU también votaron de forma masiva en favor de la huelga.
Las reivindicaciones de los docentes siguen siendo las mismas: un ajuste salarial del 8,6%, 1.000 rands de indemnización por alojamiento, la igualación de la ayuda médica y el 1 de abril como fecha de entrada en vigor.
Un portavoz de SADTU ha declarado que: "El gobierno tiene la responsabilidad de responder a las demandas de los trabajadores sin quitarles importancia. La política no se puede separar de la lucha por los derechos laborales. Debe quedar claro que los salarios no se pueden separar de la prestación de servicios, al igual que la política. La política macroeconómica actual, que es una cuestión política, es el origen de los bajos salarios en los servicios públicos".
Con los docentes y los enfermeros en huelga, las escuelas y los hospitales se han hundido en una gran confusión. El gobierno sudafricano ha mejorado su oferta salarial para más de un millón de trabajadores del sector público en huelga.
El Presidente Jacob Zuma ha pedido nuevos intentos de reconciliación, ya que la huelga, que ya dura dos semanas, ha provocado una parada de las actividades de numerosas escuelas y hospitales. A principios de semana, los representantes del Presidente incrementaron su oferta de ajuste salarial al 7,5%, y los sindicatos están consultando a sus miembros para decidir si la aceptan o no.
Zwelenzima Vavi, Secretario General de COSAUT, la federación sindical, ha declarado que su equipo había luchado muy duro para presionar al gobierno a proponer un ajuste del 8%, pero que eran los miembros los que tenían que decidir si la oferta era aceptable.
"Hemos luchado muy duro, pero no ha sido posible. Podrían hacer falta una o dos semanas de huelga del mismo nivel para hacer que el gobierno responda", dijo.
"La pregunta a la que nuestros miembros tienen que responder es si es necesario, teniendo en cuenta todos los otros elementos, o se trata de una victoria a estas alturas".
El llamamiento de Zuma en favor de la reactivación de las negociaciones ha sido considerado como un acto dictado tanto por la política como por la economía, ya que ha sido muy criticado por los trabajadores en huelga por haberse marchado de misión comercial a China mientras que los enfermeros, los docentes y otros funcionarios desfilaban por las calles reivindicando un incremento salarial.
El Presidente también necesita restablecer las relaciones con los sindicatos, ya que forman los cimientos de su base electoral, antes de la conferencia política de su partido, el Congreso Nacional Africano, en tres semanas.