Más de 1.700 miembros del personal escolar del Reino Unido han sido acusados por padres o alumnos de mala conducta el año pasado.
A pesar del gran número de quejas, únicamente un pequeño porcentaje de éstas han merecido una investigación policial, y un número aún menor han terminado en condena.
Los datos, revelados por el Ministerio de Justicia, muestran que el 50 por ciento de las quejas alegaban agresión física o una "restricción inapropiada", lo que condujo a que 143 de los acusados fueran despedidos o dimitieran.
Estas cifras contrastan en un contexto de más de 800.000 miembros del personal de las aulas, más cientos de miles de empleados y voluntarios más que trabajan para escuelas o con niños que van a la escuela.
Al comentar las cifras, la Secretaria General del National Union of Teachers, Christine Blower, declaró que la mayoría de las acusaciones contra el personal de las escuelas eran falsas o incluso maliciosas, y que habían sido presentadas cuando los docentes habían intervenido para restablecer el orden en la escuela.
“A los docentes se les tiene que permitir unos poderes de intervención razonables para las raras ocasiones en las que se desata una situación peligrosa, sin que corran peligro de ser acusados”, dijo Blower.
“Los docentes y demás miembros del personal escolar a veces no están seguros de los procedimientos de las escuelas, de modo que nos gustaría considerar un enfoque renovado en materia de formación a nivel escolar, para asegurarnos de que los procedimientos mantengan a los alumnos protegidos pero sean también justos con el personal.
“Celebramos la revisión de salvaguardia del Gobierno. Es correcto tener sistemas robustos, pero la red ha de atrapar a aquellos que pudieran constituir un verdadero peligro, sin arrastrar a miembros inocentes del personal a meses e incluso años de lucha para probar su inocencia”, concluyó Blower.
La Presidenta de la IE, Susan Hopgood, dijo: “Los docentes deben estar protegidos de los daños que las acusaciones maliciosas pueden causar. Se tienen que tomar medidas para protegerlos contra las acusaciones falsas, porque los rumores y chismes maliciosos sobre docentes inocentes pueden arruinar sus carreras."