La educación ha sido un tema de conversación significativo durante el Debate de la BBC World retransmitido la semana pasada desde la OCDE en París.
La cuestión planteada por el presentador Nik Gowing era si la migración debería ser considerada, no como una ocupación de los escasos puestos de trabajo, sino como una fuente de capacidades que escasean. Dado que la migración supone un tema político delicado en casi todos los países de la OCDE, el debate resultaba muy oportuno.
El debate se centró en seguida en la educación. El Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, dijo que la política de migración no podía separarse de la necesidad de invertir en docentes y la enseñanza de idiomas. Los migrantes vienen con familias que necesitan escuelas, dijo, y a los migrantes jóvenes se les tiene que dar oportunidades, de lo contrario pasan a formar parte de “una generación perdida”.
La Secretaria General de la CSI Sharan Burrow dijo que la migración significa una mayor inversión en educación y formación – no menor.
Junto con el Sr. Gurría y la Sra. Burrow, otros dos miembros del panel – el Presidente de Manpower Corporate, David Askell, que expuso la perspectiva de los empleadores, y el ex Ministro de Educación holandés, Jo Ritzen, actual Presidente de la Universidad de Maastricht – defendieron la opinión de que la migración no sólo es inevitable sino que aporta una contribución positiva al progreso económico, siempre y cuando, tal como lo expresó la Sra. Burrow, se base en los derechos; y, como dijo el Sr. Gurría, esté bien gestionada.
Insistieron en que la educación tiene que ser parte de la ecuación porque de lo contrario la migración seguirá siendo una cuestión para políticas demagogas.
Un miembro del panel, Jacques Myard, diputado del UMP, el partido político francés en el poder, no estuvo de acuerdo. Para él el énfasis reside en prohibir la entrada a los migrantes, pero aceptó “por supuesto” la necesidad de invertir en la educación, afirmando que “eso es lo que estamos haciendo.”
No obstante, tal como dijo la Sra. Burrow, el resultado del último G20 no ha mantenido el enfoque en los empleos; y al haberse inclinado por la reducción del déficit, señala que los Gobiernos recortarán la financiación para la educación, la formación y el sector público en vez de invertir en el futuro.
En la audiencia, Bob Harris, Consultor Principal del Secretario General de la Internacional de la Educación, preguntó cómo se podía resolver el dilema con respecto a que la globalización fomenta la movilidad de los trabajadores y familias, cuando la crisis financiera mundial implica que se están recortando los fondos para escuelas y necesidades a nivel de la comunidad. Askell respondió que todo era cuestión de voluntad política.
No hay duda de que sea una cuestión de voluntad política, pero este debate ha mostrado con toda claridad que aunque sí se puede conseguir un consenso articulado sobre la necesidad de invertir en educación y formación, faltan las decisiones políticas necesarias para implementar dicho consenso.
Gurría, Burrow, Askell – desde la perspectiva de gobiernos, sindicatos y empleadores respectivamente – dijeron que sabemos lo que hay que hacer. Entonces ¿por qué no lo estamos haciendo? ¡Esa es la cuestión!