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Internacional de la educación
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La IE y la CSEE expresan su solidaridad con los sindicatos griegos

publicado 6 mayo 2010 actualizado 6 mayo 2010
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La Internacional de la Educación y el Comité Sindical Europeo de la Educación han manifestado su total apoyo y solidaridad a los sindicatos de la enseñanza de Grecia, OLME y DOE, en su lucha por proteger los salarios y las pensiones de los docentes a fin de mantener los niveles de vida.

En una reunión celebrada el 5 de mayo, la IE y el CSEE firmaron una declaración en la que expresan su profunda preocupación por el bienestar de los docentes y demás trabajadores de la educación en Grecia, y en otros países de Europa, como consecuencia de la difícil situación económica.

La declaración hace un llamamiento para que se impongan medidas para contrarrestar los efectos de la crisis en los docentes. Toda acción debe reconocer el principio de que aquellos que históricamente se han beneficiado de la generación de la riqueza deben pagar la mayor parte de los costos, y estas propuestas debe ser negociadas y aceptadas por los interlocutores sociales.

El Presidente de la Estructura Paneuropea Ronnie Smith declaró: "En muchos países de Europa se prevé que sean los docentes y los demás trabajadores del sector público los que soporten todo el peso de los recortes en el gasto público a través de la reducción de sus salarios, pensiones y condiciones de empleo. Esto no resolverá la crisis económica en Grecia ni en ningún otro país".

En este contexto, la IE y el Buró del CSEE se han puesto de acuerdo para dirigirse a la UE y a las instituciones financieras mundiales, en nombre de los docentes, a fin de protegerlos contra las graves repercusiones de las medidas de austeridad económica impuestas en los países de Europa como parte de los paquetes de rescate económico.

La declaración de la IE-CSEE apoya también el llamamiento de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) instando a los responsables políticos europeos a poner un alto a los especuladores que destruyen el modelo social europeo. Este llamamiento contiene cuatro exigencias fundamentales:

  • Ampliar y aumentar sustancialmente el fondo de la balanza de pagos de la Comisión de modo que cubra a todos los Estados miembros de la UE;
  • Revisar las condiciones de los préstamos griegos, y de los demás países, a fin de que ya no se les acuse de impulsar un modelo de desregulación, liberalización y privatización;
  • Movilizar a los bancos centrales de Europa como "compradores de último recurso" para luchar contra los especuladores, de la misma manera en que absorbieron en sus propios balances decenas de miles de millones de deudas privadas de baja calificación de los bancos;
  • Suspender la utilización por parte de las organizaciones de política monetaria y financiera de la clasificación que dan las agencias de calificación de la deuda soberana y examinar seriamente la creación de una Agencia Europea de Calificación.

El Presidente de la CES, John Monks, añadió: "No se dudó un momento en salvar a los bancos en 2008. Consiguieron todo lo que querían. No existía entonces ninguna doctrina sobre el riesgo moral. Hoy día, todos los países de la UE deberían tratar a Grecia con respeto, no con el racismo de la prensa sensacionalista; con reconocimiento, no con desprecio; con generosidad, no con sospecha.”