Descontentos con sus salarios, que consideran humillantes, los educadores y las educadoras rumanos se han movilizado para una huelga general de duración indeterminada para pedir que su trabajo esté mejor remunerado y que se reconozca su importancia social.
Huelga general
Tras una huelga de advertencia de dos horas el 17 de mayo, más de 150.000 docentes y miembros del personal de apoyo educativo de Rumanía se sumaron a la huelga general del 22 de mayo convocada por sindicatos afiliados a organizaciones miembros de la IE: la Federația sindicatelor libere din învățământ - FSLI (Federación de sindicatos profesionales independientes del sector de la educación) y la Federația Sindicatelor din Educație “Spiru Haret” - FSE Spiru Haret (Federación Spiru Haret de sindicatos profesionales del sector de la educación.
Esta decisión se tomó a raíz de un referéndum, en el que el 70% del personal docente se pronunció a favor de la huelga general.
El personal docente considera que el salario de un docente principiante debe equivaler al menos al salario medio bruto. Después, el salario de todo el personal docente debería calcularse progresivamente, en función del puesto ocupado, los estudios, la experiencia y el diploma de enseñanza.
Los sindicalistas de la educación también piden la indexación anual de los salarios conforme a la evolución de la tasa de inflación.
A esto se suman el pago de horas suplementarias ya efectuadas por el personal de apoyo educativo y no educativo y la concesión de diferentes bonificaciones a las que tienen derecho, entre ellas las relativas a las condiciones de trabajo o el reembolso del transporte, la concesión de periodos de descanso suplementarios y la compensación financiera de los periodos de descanso no utilizados.
Por último, el personal docente solicita el incremento anual de la inversión en educación, incluidas las infraestructuras escolares.
Los sindicalistas de la educación recuerdan que las manifestaciones comenzaron en diciembre de 2022 y continuaron en enero, febrero, marzo y abril, culminando en una gran marcha de protesta el 10 de mayo en Bucarest, en la cual participaron 15.000 personas.
Por otra parte, lamentan que el Gobierno permanezca impasible y lo acusan de no cumplir las promesas hechas.
Para ellos, los salarios humillantes, la caída del poder adquisitivo o las anomalías relativas a la remuneración de aquellos que ocupan puestos de dirección, son solo algunos de los problemas a los que se enfrentan los trabajadores y las trabajadoras de la educación.
En este contexto, los dirigentes sindicales han admitido que los exámenes nacionales podrían verse perturbados y han hecho hincapié en que la resolución de la situación depende estrictamente de las decisiones que tome el poder ejecutivo y el Parlamento de Rumanía.
Promesas gubernamentales
Por su parte, la ministra de Educación, Ligia Deca, ya ha determinado la composición del equipo de negociación del convenio colectivo de trabajo y ha declarado que está convencida de que se encontrarán soluciones para remediar la situación.
Ha prometido que luchará al mismo tiempo por un salario decente para el personal docente y por que el año escolar pueda desarrollarse en condiciones óptimas y en los plazos previstos.
Campaña “¡Por la pública! Creamos escuela”
Estas solicitudes de los docentes sindicalistas rumanos están en consonancia con la campaña de la IE “¡Por la pública! Creamos escuela”, que pretende ser un llamamiento urgente a los Gobiernos para que inviertan en la enseñanza pública, un derecho humano fundamental y un bien público, y para que inviertan más en el personal docente, el factor más importante para lograr una educación de calidad.