Los docentes franceses han reaccionado al anuncio del Gobierno relativo al desconfinamiento y la reapertura de los centros escolares el 11 de mayo exigiendo a las autoridades públicas que las clases se retomen con todas las garantías sanitarias para evitar que el coronavirus se propague entre alumnos y profesores.
SNES-FSU: Acciones colectivas para exigir garantías sanitarias
Benoît Teste, secretario general de la Fédération syndicale unitaire (FSU), y Frédérique Rolet, secretaria general y portavoz del Syndicat national des enseignements de second degré (SNES-FSU), han realizado las siguientes declaraciones:
- El protocolo sanitario para la reapertura de establecimientos de educación secundaria(en francés) deberá ser un documento sólido y pormenorizado con exigencias claras para ofrecer una enseñanza y un aprendizaje con todas las garantías (también existe un protocolo sanitario para la reapertura de las escuelas(en francés).
- Los sindicatos de la enseñanza temen que el documento pueda ser interpretado de distintas maneras a nivel local, lo que provocará una gran confusión y ansiedad entre padres, madres, docentes y personal educativo, que posiblemente se muestren reticentes a volver a las aulas. Por otra parte, los directores de estos centros ni desean ni pueden cargar con toda la responsabilidad de garantizar la seguridad frente al coronavirus.
- El primer ministro, Édouard Philippe, anunció una apertura progresiva de las escuelas y centros educativos, en lo que fue una decisión política más que sanitaria. De hecho, ni siquiera se ha hablado del aprovisionamiento de mascarillas o de gel hidroalcohólico ni del transporte del alumnado.
En su editorial del 25 de abril, titulado “Cavalier seul” (Ir por libre), Rolet ya apuntaba que “al redactar las condiciones de una posible reanudación de la actividad deben tenerse en cuenta en primer lugar las exigencias sanitarias, respetar la experiencia pedagógica del personal y su jornada laboral”.
También lamentaba que la fecha escogida por el presidente, Emmanuel Macron, para el desconfinamiento y la reapertura de las escuelas, el 11 de mayo, fuera “puramente virtual y tuviera un objetivo puramente de comunicación” y que el Gobierno hubiera “acudido al rescate para intentar dar contenido a las palabras del presidente”.
Rolet también criticó la falta de acuerdo entre el ministro de Educación y los sindicatos, las federaciones de padres y madres de alumnos, las organizaciones de educación secundaria y los colectivos territoriales para trazar un plan de reapertura de los centros educativos que estuvo listo en menos de una semana.
El SNES-FSU también dejó claro que “siempre había exigido que la salud y la seguridad fueran condiciones indispensables para la vuelta a los centros escolares: independientemente de la fecha (18 de mayo, 25 de mayo, principios de junio, etc.), no puede plantearse ninguna reapertura que no ofrezca todas las garantías para la salud y seguridad del personal. La salud de las personas está por encima de todo”.
De este modo, el SNES-FSU publicó un memorando de 19 páginas dirigido a sus miembros(en francés) sobre las medidas que deben tomarse para garantizar la salud y la seguridad en el trabajo. Entre otras cosas, el sindicato recomienda: “Al reanudar la actividad presencial, no deben aceptarse condiciones que les pongan en peligro. Ustedes, y también nosotros, somos profesionales del servicio público de la educación nacional. Conocemos nuestros centros y entendemos profundamente lo que significa trabajar en ellos a diario. Actuemos juntos para imponer nuestras condiciones de reapertura y proteger tanto nuestra salud y seguridad como la de nuestros alumnos.
SNUipp-FSU: Un personal docente que carece del apoyo de las autoridades públicas y preocupado por una vuelta a las aulas mal preparada
Los resultados de una encuesta encargada a Harris Interactive por el Syndicat national unitaire des instituteurs, professeurs des écoles et PEGC (SNUipp-FSU), publicados el 10 de mayo, vienen a confirmar las exigencias que el sindicato lleva haciendo desde el principio del período de confinamiento. Estos resultados ponen en evidencia el papel crucial de los maestros de primaria durante este tiempo y el hecho de que están lejos de disfrutar de los medios y el apoyo necesarios por parte del ministerio. Más del 75 % de ellos consideran difícil ejercer su profesión durante el confinamiento y no han contado más que consigo mismos y sus compañeros. Más de un tercio declaran no haber tenido ninguna relación con la institución, mientras que tres de cada cuatro no han tenido acceso a herramientas del centro que les facilitaran el trabajo.
La encuesta revela además su gran inquietud, compartida con los padres y madres, ante una reanudación prematura y poco preparada de las clases el día 11 de mayo. Por ello, el SNUipp-FSU ha exigido respuestas al ministerio.
El sindicato ha explicado que “los motivos de esta inquietud son, entre otros, el miedo a convertirse en el epicentro de una segunda oleada de la epidemia; las grandes dificultades para imponer las medidas de protección, sobre todo en preescolar; las numerosas interacciones con adultos en el día a día; que la escuela quede reducida a un protocolo sanitario sin juegos ni interacciones, e incluso la presencia de escuelas en ‘zonas rojas’ (las más afectadas por la pandemia de la COVID-19 en Francia) sin un enfoque específico”.
En su opinión, “el ministerio debe tener en cuenta estas inquietudes y evitar ejercer cualquier tipo de presión sobre los trabajadores”. También ha señalado que “la reapertura de las escuelas no puede hacerse a cualquier precio”.
UNSA-Education: Un desconfinamiento bien ejecutado según las propuestas del “Pacto del poder de vivir”
Por su parte, la Union nationale des syndicats autonomes - Éducation (UNSA-Éducation) ha insistido en que “a partir del 11 de mayo, Francia comienza su proceso de desconfinamiento por etapas. Este nuevo período viene marcado por inquietudes legítimas, pero también nos da la ocasión de entrever el momento de después de la crisis”.
Por ello, considera que las “15 medidas indispensables para el fin del confinamiento” establecidas por el “Pacto del poder de vivir”(en francés) son una condición indispensable para el futuro.
El pacto agrupa a asociaciones de defensa del medioambiente, sindicatos, mutuas e incluso asociaciones de educación popular y de lucha contra la pobreza y la exclusión. A través de su confederación UNSA, la UNSA-Éducation ha sido uno de los primeros signatarios de este pacto, que comprende 66 propuestas sobre cuestiones sociales y medioambientales para que todos disfrutemos del “poder de vivir”.
Para que el desconfinamiento tenga éxito, las organizaciones signatarias han propuesto 15 medidas que se centran especialmente en la lucha contra la desigualdad y la exclusión, la protección del medio ambiente y la educación y la protección de los más jóvenes. Algunas medidas pueden aplicarse directamente, mientras que otras están concebidas para un futuro un poco más lejano, pero todas dejan ver cómo debería ser el mundo tras la crisis y los desafíos a los que debemos enfrentarnos colectivamente.
El 29 de abril, la UNSA-Éducation reconoció también que el plan de reapertura de las escuelas “imposibilitaba una reanudación sosegada de la actividad el 11 de mayo” y afirmaba que “examinaremos detalladamente el protocolo sanitario que acaba de anunciar el ministro para el final de la semana. Nosotros seguimos exigiendo que la vuelta de alumnos y trabajadores sea progresiva, escalonada y, sobre todo, que no se produzca hasta que las condiciones sanitarias estén perfectamente definidas y garantizadas”.
La UNSA considera que “es necesario aclarar los objetivos para disminuir la presión”, que “en esta crisis hay que tener en cuenta a todos los trabajadores y respetar las medidas sanitarias de protección” y que “para que la reapertura tenga éxito, hay que conceder tiempo a los equipos, mostrar claridad y transmitir confianza, tanto en los centros de primaria como en los de secundaria”.
Además, el 8 de mayo la UNSA-Éducation transmitió la publicación del Conseil scientifique de l’Éducation nationale(CSEN), con sus “Recomendaciones para acompañar el desconfinamiento y la salida”.
Las propuestas del CSEN se han establecido a partir de una observación: muchos alumnos se han “descolgado” por culpa de una escasa autonomía y una falta de educación digital.
Para acompañar a los docentes y a las autoridades educativas durante un desconfinamiento que amenaza con prolongarse, el CSEN ha presentado cinco grandes recomendaciones:
- Ayudar a los alumnos a comprender y prevenir la epidemia.
- Dar prioridad a las prácticas pedagógicas que promueven el aprendizaje autónomo.
- Buscar ayuda en las herramientas digitales.
- Garantizar los mínimos: nutrición, actividad física, sueño, amabilidad.
- Preparar “el día después”.
La Internacional de la Educación ha publicado sus directivas para la reapertura de escuelas e instituciones educativas aquí.