Los sindicalistas de la educación en Filipinas han reiterado la necesidad de garantizar la seguridad en relación con la COVID-19 en todas las aulas, tanto para docentes como para estudiantes, antes de abrir los establecimientos educativos para un nuevo curso escolar.
El sindicato de la educación de Filipinas, Alliance of Concerned Teachers (ACT), ha señalado que es preciso que el Gobierno diseñe “medidas concretas” para evitar la propagación de la COVID-19 una vez que comiencen las clases.
En respuesta al anuncio de que el nuevo curso escolar se aplazará hasta agosto, el sindicato ha pedido claridad. Leonor Briones, secretaria del Departamento de Educación de Filipinas, indicó que esta medida responde a los peligros relacionados con la pandemia de la COVID-19 y que cumple con la legislación, que exige que el curso escolar comience en agosto como tarde.
Briones señaló asimismo que las escuelas públicas también podrían impartir clases los sábados para los estudiantes que trabajan desde casa, en lugar de que acudan físicamente a las aulas, con el objetivo de que el curso escolar pueda concluir a finales de marzo de 2021; de esta manera, los estudiantes cumplirían con el número de días lectivos requerido por la ley.
Medidas de prevención
“Agradecemos las conversaciones para reanudar las clases, pero más que saber el ‘cuándo’, resulta realmente necesario que el Gobierno se ocupe del ‘cómo’ y proponga medidas concretas para evitar la propagación de la COVID-19 en caso de que las clases comiencen, al tiempo que garantiza el acceso de todos a una educación de calidad”, subrayó el secretario general de ACT, Raymond Basilio.
Según Basilio, “el sindicato ha subrayado la necesidad de establecer, ante todo, medidas preventivas, cuyo alcance determinará cuándo pueden reanudarse las clases. Su objetivo es asegurar el bienestar de los estudiantes y los trabajadores de la educación durante la pandemia, mientras intentan adaptarse a la ‘nueva normalidad’ y los estudiantes tratan de continuar su educación formal”.
La Organización Mundial de la Salud también ha subrayado la necesidad de establecer medidas preventivas en las escuelas y en los lugares de trabajo a medida que los países reducen gradualmente el confinamiento y vuelven poco a poco a las actividades socioeconómicas.
Vulnerabilidades del sistema
ACT aseguró que el debilitamiento del sistema educativo de Filipinas, resultado de décadas de negligencia por parte de las autoridades públicas, es un factor importante en la vulnerabilidad de los estudiantes, los docentes y el personal no docente frente a la enfermedad. La organización sindical insistió en problemas persistentes, como las aulas superpobladas, las instalaciones deficientes (baños sin agua, por ejemplo) y la falta de personal sanitario y de apoyo en las escuelas, que requieren una resolución inmediata.
“El distanciamiento físico no será posible en muchas de nuestras escuelas, especialmente en las zonas urbanas, donde un aula se reduce a la mitad para acomodar dos clases con cincuenta estudiantes cada una —aseguró Basilio—. Esta situación sigue siendo habitual, aun cuando el Departamento de Educación ha introducido medidas de descongestión tales como el modo alternativo de impartir las clases en dos o tres turnos”.
El representante de ACT destacó también que “lavarse las manos con frecuencia será especialmente difícil, ya que la mayoría de nosotros carecemos de agua corriente limpia en la escuela, o tenemos un acceso limitado a ella, y las infecciones probablemente no podrán controlarse debido a la ausencia de enfermeras en las escuelas”.
Déficit tecnológico
Por otro lado, “las propuestas para la educación a distancia apenas parecen viables, ya que el requisito previo es contar con infraestructura tecnológica tanto en los centros de enseñanza como en los hogares de docentes y estudiantes”, añadió.
“Muchos de nosotros, incluyendo nuestros estudiantes, tenemos acceso limitado a Internet —comentó—. Incluso los ordenadores personales que utilizamos para el trabajo, como lo exige el plan de aprendizaje del siglo XXI del Departamento de Educación, salieron de nuestro propio bolsillo. Entre tanto, dado que los estudiantes apenas tienen cubiertas sus necesidades básicas, no hay forma de que la mayoría de ellos pueda permitirse tener su propia computadora con conexión wifi o ir con frecuencia a establecimientos públicos en los que acceder a Internet o usar computadoras. Eso, por no mencionar que la conexión a Internet es generalmente deficiente en el país, incluso en las zonas urbanas, y es casi inexistente en las comunidades rurales”.
ACT también ha destacado que, aunque el Gobierno logre resolver de alguna manera el aspecto de la infraestructura, la enseñanza a distancia no podrá reemplazar el aprendizaje en el aula, ya que este último proporciona un entorno más propicio para brindar a los estudiantes la oportunidad de un desarrollo integral.Recomendaciones
El sindicato de la educación insta al Gobierno a establecer las siguientes medidas preventivas como requisito previo para la reapertura de las escuelas:
- Reducir el tamaño de las clases y utilizar los horarios lectivos para hacer posible el distanciamiento social.
- Contratar un número adecuado de personal sanitario y de apoyo en las escuelas.
- Proporcionar las instalaciones necesarias, tales como recursos adecuados para lavarse las manos y suficiente suministro de agua, en todas las plantas de los edificios escolares.
- Proporcionar el equipo y las conexiones a Internet necesarios para llevar a cabo la enseñanza a distancia, siempre que sea necesario.
- Organizar programas de salud escolar que promuevan la prevención de infecciones y garanticen un tratamiento gratuito para cada docente, trabajador y estudiante que pueda infectarse.
Pruebas, cuarentena, ayuda
ACT insiste además en que el Gobierno ha de adoptar un enfoque integral en la lucha contra la pandemia de la COVID-19 y en el establecimiento de la denominada “nueva normalidad”, de conformidad con principios humanitarios basados en el derecho.
“Hacemos un llamamiento al Gobierno para acelerar las pruebas masivas sistemáticas [a la población] que nos proporcionen datos de referencia sobre la concentración y la escala del brote, así como su tasa de infección —señaló Basilio—. También es preciso que establezca suficientes instalaciones de aislamiento y cuarentena con un número adecuado de trabajadores sanitarios a quienes se remunere con salarios dignos. Por último, nuestro Gobierno debe proporcionar apoyo socioeconómico y de infraestructura a la población, ahora y más adelante”.
Guía de la Internacional de la Educación
La Internacional de la Educación apoya a todos sus afiliados filipinos y del mundo entero en sus esfuerzos para garantizar, antes de reanudar las clases, que la enseñanza y el aprendizaje puedan realizarse de manera segura en las aulas, tal y como se establece en su Guía de la IE para la reapertura de escuelas e instituciones educativas.