La Confederación Europea de Sindicatos (CES) organizó un Día Europeo de Acción el 29 de septiembre, en contra de los programas de austeridad que están siendo adoptados por los gobiernos de todo el continente.
Se espera que alrededor de 100.000 personas procedentes de los sectores públicos y privados salgan a las calles de Bruselas en una manifestación masiva que estará coordinada con acciones de protesta simultáneas en diferentes capitales europeas.
Los sindicatos están solicitando que los gobiernos implementen unos planes de recuperación cuyo fundamento sea priorizar los empleos de calidad y el crecimiento, en vez de los ataques profundos e ideológicos a los servicios públicos.
El movimiento sindical español ha mostrado su apoyo a la iniciativa de la CES convocando una huelga general ese mismo día. También se llevarán a cabo manifestaciones en Chipre, Francia, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Polonia, Portugal, la República Checa, Rumania y Serbia.
Al referirse a los paquetes de austeridad de los gobiernos europeos, el Secretario General de la CES, John Monks, dijo: “Los recortes en tiempos de recesión, cuando la tasa de desempleo ya es elevada, los recortes a los derechos laborales y la pensiones, son un error. Es lo que los gobiernos predecesores hicieron en los años 30, y todos sabemos lo que sucedió en aquella trágica década. La depresión económica desembocó en conflicto político y guerra. Nosotros no queremos que eso se repita.”
Este es también el mensaje que los sindicatos piensan comunicar al Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, y al actual Presidente del Consejo de la UE, el Primer Ministro belga Yves Leterme, con quienes se reunirán después de la manifestación.
Como solución alternativa a los programas de austeridad, los sindicatos proponen políticas de crecimiento basadas en que Europa emita sus propios bonos, en una tasa sobre las transacciones financieras para los especuladores y en ayudar a los países individuales en dificultades.
El Día Europeo de Acción es, ante todo, un llamamiento a la solidaridad. “La solidaridad ha estado ausente en la UE durante los pasados 12 meses. Han escuchado demasiado a los mercados – y no lo suficiente a la gente”, concluyó Monks.